Por Victoria Cardiel / AciPrensa
Este domingo, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, a quienes la Iglesia Católica reconoce como pilares de la fe y se veneran como patronos de la ciudad de Roma, el Papa León XIV advirtió del riesgo de caer en «esquemas pastorales que se repiten sin renovarse» al tiempo que llamó a mantener siempre la unidad eclesial respetando la «diversidad».
«Nuestros patronos han recorrido caminos diferentes, han tenido ideas diferentes, a veces se enfrentaron y discutieron con franqueza evangélica. Sin embargo, eso no les impidió vivir la concordia apostolorum (entre los apostóles), es decir, una viva comunión en el Espíritu, una fecunda sintonía en la diversidad», subrayó.
De esta manera, reivindicó el ejemplo de Pedro y Pablo, que fueron llamados a vivir el del martirio, y cuyo testimonio «nos enseña que la comunión a la que el Señor nos llama es una armonía de voces y rostros, no anula la libertad de cada uno».
En la Misa que celebró en la Basílica de San Pedro —en la que impuso el palio a 54 nuevos arzobispos metropolitanos — el Pontífice les instó a «buscar caminos nuevos para la evangelización» partiendo de los «problemas y las preguntas» planteados por la comunidad de fieles.
«En la historia de los dos apóstoles, en cambio, nos inspira su voluntad de abrirse a los cambios, de dejarnos interrogar por los acontecimientos, los encuentros y las situaciones concretas de las comunidades», aseguró.
Como es tradición, el Santo Padre entró en procesión a la basílica vaticana. Después de la homilía, los diáconos bajaron hasta la tumba del apóstol Pedro, que se encuentra abajo del altar de la Cátedra, para tomar los palios que fueron por él bendecidos.
Uno a uno, todos los arzobispos nombrados durante este año fueron recibiendo de manos del Pontífice esta insignia exclusiva que distingue a los arzobispos residenciales o metropolitanos y recuerda la unidad con el Sucesor de Pedro.