Por Fernando Castellanos |
Dos trabajadores de la construcción del Hospital Regional de Sololá fueron sorprendidos por vecinos, cuando intentaban vender más de 60 quintales de hierro, el cual sería utilizado para obra en el centro asistencial.
La comunidad los detuvo y entregó a las autoridades indígenas, quienes les aplicaron el castigo maya, el cual consiste en azotes, cargar el hierro y recorrer, de rodillas, el parque central.
El ingeniero a cargo de los proyectos anunció que desarrollarán una auditoría para verificar si han sustraído más materiales.