“México es mi segundo hogar”. De periodista a modelo, joven ucraniana cambia su vida tras la guerra

Nov 12, 2024 | Actualidad, Internacionales, Portada | 0 Comentarios

Alona Goncharuk tiene claro que su vida actual no fue anhelada ni planeada, pero a pesar de eso se siente tranquila. Pasar de ser una periodista que trabajó con proyectos sociales en su natal Ucrania, a trabajar como modelo en campañas publicitarias y pasarelas en Ciudad de México ha sido un cambio impactante para ella, pero también enriquecedor.

Se mudó de Donetsk -una región ocupada por Rusia donde la guerra se sufre desde 2014 -, a Kiev, pero cuando empezó la invasión rusa en 2022, decidió abandonar su país.

“Cuando (el conflicto con Rusia) empezó en mi región, yo estaba en la universidad y fui a la capital. Soy del este de Ucrania y me fui a vivir a Kiev, a la capital”, contó la periodista de 30 años en entrevista con la Voz de América.

En 2014, Rusia invadió y se anexó la península de Crimea, parte del territorio de Ucrania, y meses después rebeldes prorrusos se levantaron en armas en el este del país, formando las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk —apoyadas por Moscú—, y dando inicio a una guerra civil que aún persiste.

En febrero de 2022, Rusia inició una invasión militar a gran escala con ataques que dejaron cientos de miles de muertos y heridos.

Cuando la guerra se extendió por todo el territorio, Alona recibió una llamada de sus amigos para trasladarse al norte del país.

“Fui a casa de mi primo, estuve allí como un mes y entendí que en este momento sólo los periodistas de noticias trabajaban en Ucrania… no como yo, una periodista que trabajaba en programas sociales, grandes programas y nunca había estado trabajando en noticias”, dijo la joven que en ese momento entendió que no sabría cuánto tiempo estaría desempleada.

Durante seis años, Alona trabajó para la televisión ucraniana. Como editora y periodista, su trayectoria se basó en los programas que ayudaban “a la gente con algunos problemas”.

“Los primeros meses de la guerra realmente fueron duros porque en Ucrania; teníamos solo un maratón de televisión, era un maratón de noticias. No teníamos diferentes canales de televisión, sólo uno, y todos los canales trabajaban juntos en las noticias… Por eso entendí que no podía trabajar”, confesó a la VOA.

Además, tras seis meses de inicio de la guerra, el canal donde trabajaba cerró. Actualmente sus viejos amigos se desempeñan en relaciones públicas, creadores de contenido para Youtube y sólo uno de ellos está en la televisión, con un salario bajo.

«Para tener una buena vida… debes trabajar duro y mucho más que antes de la guerra», agregó.

Bienvenida a la pasarela

Un mes después de la invasión rusa, en abriL de 2022, Alona se mudó a Ciudad de México.

La idea de cruzar el Atlántico surgió cuando una de sus amigas, quien lleva viviendo ocho años en tierras mexicanas y vivió la guerra, la convenció de que podría ser una gran modelo, gracias a su altura y su aspecto físico, que encajan con los cánones de belleza que buscan las agencias de publicidad.

“Me dijo: ‘Alona, pareces modelo, eres alta y creo que puedes intentar trabajar en México como modelo porque aquí para ti sería más fácil tener un trabajo, que en Europa o en algún otro lugar, porque aquí no hay tantas chicas ucranianas'», recordó con una sonrisa.

La joven de tez blanca y ojos azules trabaja como modelo freelance para diferentes marcas. Acompaña eventos, desfiles, campañas comerciales y, según ella, ha sido una labor a la que ha tomado cariño.

Pero llegar a México no fue nada fácil, recuerda. No tenía el dinero para viajar y una amiga le propuso pagarle los pasajes, si llevaba a su perro. Tras pasar por Budapest y luego a Praga en autobús, las autoridades le prohibieron seguir su camino con la mascota. Así que debió tomar un tren, viajar a Munich y luego a París.

Y fue así como en abril de 2022, dejó atrás a su familia, su tierra y sus amigos, y llegó al país de los mariachis, el tequila y los chiles.

Lo confiesa: México es un lugar completamente diferente al suyo, pero con una característica muy similar: todos son muy cercanos. “La gente es muy cariñosa conmigo y, realmente, si necesitas ayuda, todos te ayudan, los mexicanos. En Ucrania también son gente así. Si preguntas algo, te ayudan. Es realmente genial para mí”, insistió.

Como parte de su nueva vida, la joven disfruta del clima, hasta de las costumbres, aunque recuerda una anécdota que habla de las grandes diferencias entre una y otra nación.

“Mi mamá se sorprendió cuando… fuimos a un cementerio con mis amigos como en la tradición mexicana. Mi mamá vio este video en mi Facebook y se sorprendió: ‘Alona, somos ortodoxos, ¿cómo puedes ir al cementerio en la noche?. No es nada que en nuestra tradición”, contó entre risas.

“Sí, tenemos algo así como el Día de Muertos. En Ucrania, es un día después de Pascua, pero no como aquí… Y vamos al cementerio, pero en el día, no en la noche”, añadió.

Para ella, es una cultura interesante, diferente y no extraña. Simplemente aprende de la misma.

Un mundo diferente

Aunque tiene una vida estable, intenta aún superar los desafíos de vivir en un lugar completamente nuevo. En principio, cuando aterrizó en tierras mexicanas descubrió que la gran mayoría de personas solo hablaban español, situación que la obligó a estudiar el idioma, el cual todavía entiende con dificultad.

“Fui periodista, estuve todo este tiempo hablando y no podía hacerlo. No podía hacerlo. Y por eso fue realmente difícil”, explicó.

Otro reto fue la comida. Aunque toda su vida padeció de problemas estomacales, en México esta situación se agudizó.

Esto, acompañado del cambio emocional drástico que implicaba dejar su país, a causa de una guerra la llevó a experimentar mucho estrés.

«Me estresé porque llegué a México no porque realmente quisiera vivir en este país. Venía de una guerra y en mi país la situación en la capital era muy difícil. No entendíamos si teníamos un país o no».

Ahora, confiesa que Ciudad de México es su “segundo hogar”. Es más, no sabe si regresaría para vivir su país natal. Aunque extraña a su familia y a sus amigos, sabe que la situación es difícil, incierta.

Tras visitar Ucrania en verano y permanecer allí un mes, percibió un ambiente diferente que le causó nostalgia: “En Ucrania, hay guerra y la gente está cansada, y no dormí bien y esa noche hubo bombardeos, y realmente vi cómo cambió la situación porque la gente es más cerrada, no tan abierta, y en México todo el mundo te sonríe… Esto es diferente”.

Información Karen Sánchez / Voz de América

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