Con información de Fernando Castellanos.
Hace 501 años nació una ciudad que con el paso del tiempo se ha convertido en símbolo de identidad, historia y grandeza. Hoy, Quetzaltenango, la orgullosa Xelajú, conmemora más de medio milenio de legado, de cultura viva y de transformación constante.
Quetzaltenango no es solo la segunda ciudad más importante de Guatemala. Es un crisol de pueblos originarios, de espíritu resiliente, de creatividad sin límites y de corazones comprometidos con su tierra. Sus calles empedradas, sus iglesias centenarias, sus mercados llenos de vida, sus instituciones educativas y su gente trabajadora nos recuerdan todos los días que aquí late con fuerza el corazón del altiplano.

Desde sus orígenes mayas como Xelajú, pasando por los capítulos intensos de la historia colonial, hasta convertirse en bastión de desarrollo del occidente guatemalteco, Quetzaltenango ha escrito su historia con dignidad y coraje. Ha sabido levantarse ante las adversidades, abrazar los cambios sin perder su esencia y abrirse paso hacia el futuro con visión y esperanza.
Celebrar 501 años no es solo mirar al pasado, es reconocer a quienes, día con día, hacen de esta ciudad un lugar mejor: a los artistas que pintan el alma de Xela, a los estudiantes que sueñan con transformar la sociedad, a las y los emprendedores que impulsan la economía, a los líderes comunitarios, a los trabajadores anónimos y a cada ciudadano que con amor y compromiso forja el presente de nuestra querida ciudad.

Hoy, más que nunca, recordamos que Quetzaltenango no solo se cuenta en años, sino en acciones, en valores, en raíces profundas y en sueños compartidos.
Felices 501 años, Quetzaltenango. Que tu historia nos inspire, que tu fuerza nos motive y que tu futuro nos encuentre unidos, orgullosos y decididos a seguir construyendo la ciudad que todos merecemos.
¡Viva Xela, viva su gente y viva su legado eterno!