Por José Ralón Cruz |
El 14 de julio de 1789 se producía un hito de la historia universal, que dio inicio a uno de los cambios políticos y sociales más significativos de la humanidad, ese día se producía la toma de la Bastilla, punto inicial de la Revolución Francesa.
La Bastilla era una fortaleza medieval en pleno París, Francia, que ya no poseía ningún uso militar, por ello, fue aprovechada como prisión al servicio de las arbitrariedades monárquicas.
Las divisiones sociales en la Francia de Luis XVI estaban bien definidas, El Clero (primer estado), La Nobleza (segundo estado), La Burguesía (tercer estado) y el pueblo (cuarto estado), sobre estos dos últimos recaían las cargas tributarias.
Para salvar la crisis económica, el rey decidió convocar al «Tercer estado» y ofrecerles más representación en las decisiones, pero el Clero bloqueó esta promesa provocando que los traicionados sumaran adeptos, entre clérigos rebeldes, y sobre todo, del pueblo llano, esto derivó en la creación de una Asamblea Nacional.
El 9 de julio se organizaron en una Asamblea Nacional Constituyente, el alcalde de París simpatizó rápidamente con la asamblea y ofreció crear milicias urbanas para contrarrestar el posible avance de tropas reales.
Luis XVI removió a todo su gabinete, incluido Jacques Necker, leal al tercer estado, esto provocó la reacción en las calles ya que el pueblo sospechaba que el rey intentaría clausurar la Asamblea Nacional Constituyente que se reunía en Versalles.
La presencia de tropas suizas y alemanas en apoyo al rey daba la certeza de un inminente enfrentamiento, por ello, las masas movilizadas sintieron la necesidad de hacerse de armas, una cantidad impensada de personas se dirigieron al Hôtel National des Invalides, una residencia para veteranos, repleta de armas, pero casi sin pólvora.
El segundo reducto con algunas armas pero gran cantidad de pólvora era la Bastilla, dentro de la cual funcionaba un destacamento y una prisión, allí se dirigió la turba aunque en un número menor. Cuando desde el interior de la fortaleza se abrió fuego contra la muchedumbre los hechos se precipitaron, las tropas reales que se acercaban eran superadas en número y, principalmente, en entusiasmo, a las 17 horas, la situación se hizo insostenible, Bernard-René, marqués de Launay, encargado de la bastilla capituló poniendo fin al asedio, pero no pudo evitar que le cortaran la cabeza.
La mañana del día siguiente el duque de Rochefoucauld-Liancourt informó a Luis XVI de la toma de la Bastilla y de una París sitiada por barricadas. Este apoyo popular al tercer poder dentro de la asamblea nacional fue el comienzo de la Revolución Francesa, un proceso de 10 años que culminó en 1799 con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte.
