Por. Vinicio Contreras
Luego de haber transcurrido, 182 años en que se llevó a cabo, una de las masacres más terribles que el estado guatemalteco pudiera realizar, son miles de voces quetzaltecas que se sienten inspiradas por ese amor a esta tierra, que la sangre derramada de esos mártires, vibra en la historia de Quetzaltenango.
Ya que fue precisamente bajo el cielo del 2 de abril de 1840, cuando en lo que hoy se conoce c6mo 12 avenida de la zona 1, o bien «cuesta de San Nicolás» la corporación municipal de aquel entonces, encabezada por el caballero Don Roberto Molina y Matta, fueran fusilados vilmente por órdenes del brigadier Rafael Carrera.
Siendo los insignes varones fusilados.
Alcalde primero: Roberto Molina y Matta.
Alcalde segundo: Félix López Monzón.
Regidor: Pedro Meoño.
Alcalde auxiliar: Felipe Hernández.
Secretario: Manuel Pivaral.
Regidor: Mariano Pacheco.
Regidor: Marcelino Pacheco.
Quienes continuando el ideal de libertad, buscaron refundar el >Sexto Estado de Los Altos>, en marzo de 1840, lo que llevó a Carrera, llegar a estas tierras lo más pronto y fusilar a los quetzaltecos valientes el 2 de abril del mismo año, y con ello apagar la llama de luz y libertad del Estado de los Altos, hecho que hoy se recuerda como uno de los pasajes más tristes de la historia quetzalteca.
¿Qué era el Sexto Estado?
Los Altos fue un efímero estado dentro de la República Federal de Centro América. Se creó en el occidente del estado de Guatemala, como resultado de las aspiraciones de la élite liberal local que no reconocía la autoridad conservadora del Estado de Guatemala. Su segregación fue proclamada formalmente el 2 de febrero de 1838 en la ciudad de Quetzaltenango, y fue reconocida por el Congreso centroamericano el 5 de junio de ese mismo año. El territorio ocupado por Los Altos correspondía al que en ese tiempo tenían los departamentos guatemaltecos de Quetzaltenango, Totonicapán y Sololá. Los Altos fue recuperado por Rafael Carrera para Guatemala en enero de 1840
Dibujo del parque central de Quetzaltenango en 1840, cuando la ciudad era la capital del Estado de Los Altos.
