Por Fernando Castellanos |
El 26 de abril de 1998, en la ciudad de Guatemala, fue asesinado de manera brutal, el obispo, Juan José Gerardi Conedera.
Dos días antes, Gerardi había publicado su informe Guatemala: nunca más, donde presentó pruebas del terrorismo de Estado: 200 mil indígenas asesinados y un millón de exiliados.
Nueve de cada diez víctimas eran civiles desarmados, en su mayoría indígenas, refirió en dicho informe, que supuestamente le costó la vida.