El retorno del presidente Donald Trump a la Casa Blanca genera expectativas sobre las relaciones con Nicaragua, uno de los países acusados por Washington de hacer negocios con los inmigrantes que arriban a Managua en vuelos chárter para continuar su tránsito hacia Estados Unidos.
Analistas consultados por la Voz de América comparten diversas opiniones al respecto. Por un lado, consideran que podría haber tensiones entre ambos países por el tema migratorio, pero también por la crisis política que vive Nicaragua, la cual llevó al gobierno estadounidense a declarar a Managua como una “amenaza inusual” para la política exterior de Estados Unidos desde 2018 hasta la fecha.
Tiziano Breda, analista del Armed Conflict Location and Event Data (ACLED), una organización que rastrea y documenta incidentes de violencia política, incluyendo conflictos armados, señaló que el tema migratorio “será central” en la administración Trump, y que estará por verse si Nicaragua hará algún tipo de concesión para frenar la migración irregular hacia el país norteño.
“La contención del flujo migratorio será interesante, y habrá que ver hasta qué punto la administración Ortega estará dispuesta a hacer concesiones sobre un tema que ha sido una medida para Nicaragua de hacer favores a sus aliados en la región, particularmente a Cuba, y, por otro lado, de generar ingresos económicos”, dijo Breda a la Voz de América.
Desde 2018, cuando Nicaragua comenzó a enfrentar una crisis sociopolítica, el gobierno de Daniel Ortega ha sido señalado por flexibilizar la llegada de migrantes a Managua vía aérea en vuelos chárter. Además, Nicaragua ha eliminado el visado para una serie de países con alto flujo migratorio, como Cuba.
Investigaciones periodísticas indican que la migración ha dejado millonarias ganancias al gobierno de Ortega debido a una tarifa que se les impone a los migrantes al llegar al país.
El gobierno de Ortega no se ha pronunciado sobre estas acusaciones y al momento de publicación no ha respondido a una solicitud de comentarios de la VOA.
Elvira Cuadras, socióloga y directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), comenta que hay “incertidumbre” sobre las relaciones que podrían establecerse entre ambos países.
Según Cuadras, la administración entrante del presidente Donald Trump mantendrá a Nicaragua en la categoría de “amenaza inusual para la seguridad de Estados Unidos” debido a que “promueve el tráfico de migrantes provenientes de África y Asia, quienes utilizan a Managua como trampolín para llegar a Estados Unidos”, además de su acercamiento a “regímenes como Corea del Norte, Irán y los talibanes”.
“Nicaragua se ha convertido en una amenaza para Estados Unidos por varias razones, y el tema del tráfico de migrantes es un elemento crítico de seguridad nacional. En ese sentido, Nicaragua se ha posicionado en un lugar que llama la atención de ese país”, mencionó Cuadras.
Limbo para migrantes nicaragüenses
Con respecto a la crisis de derechos humanos que vive Nicaragua y que ha llevado a miles de personas a emigrar a otros países, incluido Estados Unidos, los analistas tienen diversas posturas.
Elvira Cuadras señala que la administración Trump podría cancelar el parole humanitario, lo que representaría un riesgo para los nicaragüenses que optaron por migrar a Estados Unidos bajo esa iniciativa.
Este es un programa aprobado durante la administración del presidente Joe Biden, originalmente diseñado para migrantes venezolanos. Posteriormente, en enero de 2023, fue extendido a ciudadanos de Nicaragua, Cuba y Haití como una vía “segura y legal” para llegar a Estados Unidos. Estas cuatro nacionalidades estaban entre las más representadas en las cifras récord de llegadas a la frontera suroeste con México en esa época.
“Eso realmente va a generar tensiones dentro de Estados Unidos y con Nicaragua”, prosiguió la socióloga, quien descartó la posibilidad de “acuerdos” entre ambos países para que Managua reciba a migrantes expulsados.
“El régimen de Ortega se ha empeñado en procurar la expulsión de nicaragüenses del territorio nacional en lugar de recibirlos, por lo que hay bastante incertidumbre y riesgos muy fuertes”, expresó.
No obstante, Tiziano Breda menciona que las deportaciones de nicaragüenses podrían tener un rol secundario en la agenda de Trump.
“Podrían interesar las deportaciones de nicaragüenses, aunque esto jugará un rol secundario porque la presión migratoria (para Managua) es menor en comparación con Haití o Venezuela. La administración Trump priorizará a los países con mayor flujo migratorio”, señaló Breda.
En los últimos cuatro años, al menos 400,000 nicaragüenses cruzaron de forma irregular a Estados Unidos, según datos proporcionados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
Información Houston Castillo Vado / Voz de América / Fotografía redes sociales