Por Moisés Cottom |
El 3 de diciembre de 1985 comenzó a publicarse en Weekly Shōnen Jump, marcando el inicio de una saga que mezcló mitología, cosmos y artes marciales en un formato que rápidamente atrapó al público juvenil japonés.
La historia seguía a Seiya y a los demás Santos de Atenea, guerreros capaces de liberar su energía interior para proteger a la diosa en una batalla que recorría desde el Santuario hasta los dominios submarinos y celestiales.
Su ritmo de acción, el diseño de las armaduras y la construcción de universos inspirados en constelaciones y leyendas otorgaron al manga una identidad visual que se volvió icónica.
Con su éxito, la obra derivó en un animé influyente, múltiples sagas derivadas y una presencia duradera en la cultura popular que décadas después sigue sumando lectores y nuevos seguidores.













