Por Fernando Castellanos |
El 20 de septiembre de 1965, el nadador Edgar Danilo López escribió una de las páginas más gloriosas del deporte guatemalteco al convertirse en el primer centroamericano en cruzar a nado el Canal de la Mancha, un reto que pocos en el mundo han logrado superar.
A sus 28 años, López se lanzó desde la costa francesa y, tras 19 horas y 45 minutos de esfuerzo ininterrumpido, tocó tierra en una playa cercana a Dover, Inglaterra. Durante el trayecto, soportó bajas temperaturas, fuertes corrientes y agotamiento físico, alimentándose únicamente con pan y mantequilla.
Una hazaña de valentía y resistencia
El cruce fue supervisado por Peter Frayn, observador oficial de la Asociación de Natación del Canal de la Mancha, quien al ver la determinación del guatemalteco declaró: “En mi vida no había visto tanta valentía y decisión ante la posibilidad de un fracaso casi seguro”.
López dedicó su hazaña a Guatemala, en el marco del 144 aniversario de la Independencia, y especialmente al pueblo de Quetzaltenango que lo vio crecer.
El sacrificio detrás del triunfo
Este fue su segundo intento, ya que días antes había tratado de cruzar el canal junto a su compatriota Augusto Ixquiac, sin lograrlo. Tras esa experiencia, Ixquiac regresó a Guatemala para recaudar fondos, pues ni López ni su equipo contaban con los recursos para continuar.
Gracias a la solidaridad de ciudadanos y empresas locales, entre ellas la firma J.L. Morales, que aportó Q500 (equivalentes a US$500 en ese entonces), fue posible financiar la travesía que culminó en éxito.
Recuerdo imborrable
Aunque modesto y reservado, López dejó huella en todos quienes lo conocieron. “Era una gran persona y súper aplicado, tanto en lo deportivo como en lo profesional”, recordó Rolando Amado Funes, amigo cercano y exalumno suyo en la Escuela Nacional Central de Agricultura (ENCA), donde Danilo también fue instructor de natación.
Su entrenamiento se forjó en aguas frías como las del lago de Atitlán, siguiendo la disciplina de los hermanos Juan y Alfonso Cruz, pioneros que también intentaron conquistar el canal sin éxito.
Un orgullo nacional
La gesta de Danilo López trascendió más allá del deporte, convirtiéndose en un símbolo de determinación, esfuerzo y amor por Guatemala. La prensa de la época lo describió como un triunfo que llenó de júbilo a la nación y que aún hoy se recuerda como uno de los momentos más grandes del deporte guatemalteco.
