Por Fredy López |
Miguel Ángel Asturias fue poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco quien se distinguió por el estilo personal que hizo de la lengua castellana, el cual constituye uno de los mundos verbales más sofisticados y completos, sugerentes y dignos de estudio de las letras hispánicas.
Estudió en la Universidad de San Carlos de Guatemala en donde obtuvo el título de abogado. Fue un activo participante contra la lucha contra el gobierno del dictador, Manuel Estrada Cabrera.
Fundó y dirigió la Universidad Popular, en 1922, y en ese entonces empezó a escribir. Se destacó como diplomático guatemalteco, por ello, también recibió el Premio Lenin de la Paz, en 1965.
Asturias fue un gran novelista y poeta del realismo mágico. Muy pronto, sin renunciar a esa impronta, se adentra en su campo predilecto el cual fue: La mitología aborigen, es decir de la propia tierra (lo telúrico), en el sentido de compromiso con los sinsabores de los campesinos sometidos al yugo colonialista, lo que se ve en los títulos de sus obras.
Junto a ello, y una faceta no menos importante, la calidad y sonoridades de su prosa apenas admiten comparación en la literatura castellana del siglo XX. El nombre de Guatemala resonó a nivel mundial cuando la academia sueca le confirió el Premio Nobel de Literatura, el 19 de octubre 1967 —el día de su cumpleaños—, reconociendo la grandeza de su obra.
Entre las obras que lo llevaron a la cúspide de la literatura universal están «El Señor Presidente» y «Leyendas de Guatemala», las cuales han sido traducidas a diversos idiomas.
Sin embargo, mientras que en el mundo Miguel Ángel Asturias era reconocido por haber obtenido el preciado galardón; en Guatemala la derecha lo tildaba de comunista y la izquierda lo acusaba de traición por ser embajador de Guatemala en Francia.
Asturias es considerado precursor del «boom hispanoamericano» por su experimentación con estructuras y recursos formales propios de la narrativa moderna.
Luego de partir a Europa, donde vivió los movimientos y sucesos que transformaron a ese continente, estudió lingüística y antropología Maya con el experto Raynaud, y participó en la traducción del Popol Vuh. Durante el período revolucionario de 1944 a 1954 sirvió al gobierno de Guatemala cuando desempeñó varios cargos diplomáticos. Sus mayores logros durante su brillante carrera fueron: en 1966 el Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel de Literatura.
Extracto de mundochapin.com / Fotografía Prensa Libre











