Por Fernando Castellanos |
La historia de la imprenta en Guatemala se remonta al 4 de octubre de 1660, cuando se editó el primer impreso conocido en el país: un sermón predicado por fray Francisco de Quiñónez. Este hito marcó el inicio de la actividad tipográfica en el Reino de Guatemala, gracias a la llegada del maestro impresor José de Pineda Ibarra.
La imprenta de tipos móviles, inventada por Johannes Gutenberg hacia 1440 en Maguncia, Alemania, se expandió rápidamente por Europa y llegó a América en 1539, con la instalación del primer taller en México. Posteriormente se estableció en Lima en 1584 y en Puebla en 1640.
En Guatemala, diversas instituciones y particulares habían intentado adquirir una prensa, pero fue el apoyo económico de fray Payo Enríquez de Rivera lo que permitió concretar el proyecto. Para ello, el franciscano fray Francisco de Borja viajó a Puebla, donde su familia tenía un taller de imprenta, y compró la prensa por 1,538 pesos y un real, además de contratar a Pineda Ibarra como impresor.
El traslado desde Puebla hasta Guatemala se realizó en condiciones adversas, a lomo de mula y en plena época lluviosa. Finalmente, el impresor llegó a la ciudad de Guatemala el 16 de julio de 1660, instalando la primera imprenta del Reino.
José de Pineda Ibarra, nacido en México en 1629, se formó en talleres de prestigio como el de doña Paula de Benavides y el de Hipólito de Rivera. Su experiencia lo convirtió en el candidato ideal para dirigir la naciente imprenta guatemalteca. Posteriormente, su hijo Antonio de Pineda Ibarra heredó el taller, dando continuidad a la labor editorial en el país.
Con este acontecimiento, Guatemala ingresó en la era de la impresión, abriendo las puertas a la difusión de la cultura, la religión y el conocimiento en la región.













