Lucrecia Peinado, primera dama de Guatemala, cree firmemente que las sociedades “no cambian súbitamente”, acepta que la corrupción sigue “enraizada” en muchos aspectos del país, pero a seis meses de su llegada a la posición confía que el “cambio social no retroceda”.
Junto a su esposo y presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, Peinado ha seguido paso a paso y colaborado con su gobierno, incluso antes de la toma de posesión.
“No somos cándidos en decir que todo eso [la corrupción] va a desaparecer de un día para otro. Pero en lo que yo sí tengo confianza… es que hay cosas que no van a regresar. Ya no pueden retroceder, porque la juventud apoyó este cambio, no por la figura o por el presidente, sino por la crítica”, dijo Peinado.
Aludió también a la determinación para avanzar en «el cambio» de parte de las comunidades indígenas de Guatemala durante la entrevista que concedió a la Voz de América en el Instituto de la Paz de Estados Unidos, en la que ofreció una introspección a la labor que desarrolla desde su posición.
La primera dama admitió que en Guatemala persisten retos de “institucionalidad débil” debido a la corrupción que “sigue resistiéndose”.
“Mi esperanza es que este proceso no retroceda, porque la sociedad está en un proceso de cambio”, señaló. “Yo espero de verdad que ese cambio social no retroceda y que se pueda ayudar en estos tres años y medio que quedan a dejar una institucionalidad más limpia y más fuerte”.
Antes de ser primera dama, Lucrecia Peinado construyó una carrera de más de 25 años alrededor de proyectos de salud. Es médica, cirujana y anestesióloga, y experta en gerencia de programas. Una experiencia que, según dijo, la ha preparado para su nuevo título.
“Es un portón que se abrió de oportunidad, no una puerta o una ventana, sino un portón para aplicar mucha de esta experiencia”, dijo Peinado al describir cómo percibe el rol de primera dama.
Con tranquilidad, Peinado asegura que ni ella ni Arévalo habían “buscado activamente” estar en las dos posiciones más importantes del país, pero el camino recorrido les dio “fuerza para usar todas las capacidades acumuladas para servir”.
“Yo estoy acá para servir, no para servirme de esta oportunidad”, asegura.
Peinado no niega el cansancio físico que trae su responsabilidad. Aún le parece “surreal” adentrarse a diferentes áreas de un trabajo que no había experimentado y así identificar el “bagaje de oportunidad que tiene una primera dama”.
Sus días son una serie de reuniones de coordinación, desde seguimiento a acuerdos, hasta visitas al interior del país. No es fanática de madrugar pero a las ocho de la mañana ya está activa en sus labores.
A su esposo, el presidente Arévalo, lo ve por la mañana y lo despide con un “que tengas un buen día”. En la noche, cuando se vuelven a encontrar en su hogar, intentan no abordar “más cuestiones de trabajo”… aunque en ocasiones es inevitable pedirle una “audiencia”.
“A veces le digo: ‘¿puedo tener cinco minutos de tiempo? Porque todo el mundo tiene cinco minutos con el presidente para hablar de las cuestiones. Entonces, como yo no tengo esa audiencia de cinco minutos, solo puedo hablar algo ahorita’. Entonces hablamos dos o tres cositas, yo le informo o él me dice su opinión y luego vamos a ver un programa de televisión para relajarnos”, describió.
Sus favoritos: las miniseries que acaben pronto, películas de suspenso o alguna con una trama que requiera poco tiempo seguir, pues la agenda presidencial no da espacio para mucho más.
Arévalo visto desde casa
La victoria electoral de Arévalo en Guatemala estuvo rodeada de ataques y maniobras legales que buscaban inhabilitar a su partido, el Movimiento Semilla, y desconocer los resultados de los comicios. En enero, antes de la toma de posesión, desacuerdos en el Congreso retrasaron el proceso y causaron incertidumbre entre la población.
“Yo pasaba más tensa porque él estaba trabajando y lo veía poco, tampoco quería estarlo recargando o preocupando más”, describió Peinado sobre cómo vivieron esos momentos de tensión desde casa.
Peinado cuenta que no podía evitar ver en las redes sociales los diferentes desafíos que se presentaban a su esposo y en ocasiones, temía por su seguridad. Un sentimiento que solo se iba a las nueve de la noche, cuando Arévalo llegaba a casa y subía al segundo piso “relajado”.
“Yo aquí tensa y él entra así, tan tranquilo… es muy cerebral. No quiero decir que no estaba realmente en las cosas pero es su estilo… cosas lo alteran muy poco… no es alguien que se va a ir con el hígado a hacer cosas. Tiene la habilidad de hacer pensamiento estratégico”, describió Peinado a su esposo.
La primera dama observó durante este tiempo los movimientos de Arévalo y abrió su casa para que “la gente” pudiera llegar a comer, tomar café o refrescos mientras trabajaban. Esto, dijo, le permitió darse cuenta “que si él estaba tranquilo, si él tiene toda esa claridad en su mente y estratégica, pues entonces para qué me iba yo a preocupar”.
Una apuesta a los jóvenes para frenar la migración
La primera dama participó esta semana en una discusión durante un evento en el Instituto de la Paz de EEUU, para discutir sobre las iniciativas que brindan a los jóvenes guatemaltecos educación y oportunidades laborales, con el fin de evitar que sean reclutados por pandillas o que escojan el camino de la migración irregular.
Se trata de «Jóvenes con Propósito», una iniciativa que Peinado codiseñó y supervisa la iniciativa y que es financiada por el gobierno estadounidense, para “abordar las causas de la pobreza”. Este proyecto quiere mejorar la vida de unos 25.000 jóvenes del país.
En Guatemala, seis de cada 10 personas están entre la edad de 10 a 29 años, según la primera dama, que están “tratando de buscar aquellas oportunidades”. El programa cubre estipendios para estudios, desarrollos de habilidades técnicas y estudios universitarios.
“Es muy importante que se empoderen en cuanto a sus derechos y a sus obligaciones, y también que comprendan y actúen con un pensamiento democrático activo en sus comunidades y que desarrollen y que fortalezcan los lazos comunitarios y el orgullo de pertenecer a estos”, agregó Peinado.
Durante su etapa supervisando el proyecto, Peinado aseguró que buscan promover la equidad de género en los jóvenes, así como ofrecer acceso a los programas a personas con discapacidad, madres y jóvenes que tienen conflicto con la ley penal.
El gobierno de Guatemala busca colaborar con las administraciones de El Salvador y Honduras para “compartir” las experiencias en programas que contrarresten la migración irregular y así “hacer una sinergia de los dos lados de la frontera”, concluyó Peinado.
Durante su visita a Washington, la primera dama se reunió con funcionarios del gobierno estadounidense y la sociedad civil para “intercambiar sobre la situación y nuestras aspiraciones en el país”.
Información Salomé Ramírez Vargas / Voz de América