El presidente de El Salvador Nayib Bukele, que rige los destinos de la nación centroamericana por segunda vez consecutiva, dijo a la revista TIME a finales de agosto que no aspirará en 2029 atendiendo a la Constitución y a que tiene «un acuerdo» con su esposa.
En la extensa entrevista de Vera Bergengruen, Bukele respondió preguntas sobre temas polémicos, como el hecho de que ha sido catalogado por sus adversarios de «autoritario» o «dictador».
A la pregunta de si estaría dispuesto a postularse en 2029 si los votantes salvadoreños quieren, respondió: «Yo no puedo correr para presidente de nuevo de acuerdo a la Constitución por la prohibición del artículo 152. Además, tenemos un acuerdo con mi esposa de que esta es la última».
Sobre este último argumento familiar no ofreció otros detalles.
El artículo 152 de la Constitución de El Salvador enumera las prohibiciones para ejercer la presidencia, incluyendo el que haya sido presidente por más de seis meses consecutivos en el período inmediato anterior o los últimos seis meses antes de que comience el nuevo período, el cónyuge o los parientes hasta en el cuarto grado de consanguinidad de quienes hayan sido presidentes.
También las prohibiciones alcanzan a quien haya sido presidente del Congreso o la Corte Suprema de Justicia, los militares de profesión que estuvieren de alta o el designado presidencial que haya cubierto el período inmediato anterior.
Bukele se aseguró un segundo mandato en los comicios del pasado 4 de febrero con un porcentaje histórico de 84,6 % de los votos válidos a pesar de que la Constitución salvadoreña prohíbe la reelección inmediata.
El partido que lo respalda, Nuevas Ideas, también se apuntó las elecciones legislativas, llevándose 54 de las 60 curules en disputa, a las que se sumaron tres de los aliados Partido de Concertación Nacional y el Democracia. La oposición sólo alcanzó tres escaños.
A la pregunta de TIME acerca de los críticos de su gestión que lo tildan de «autoritario», Bukele respondió que «en la vida todo tiene un costo», en alusión a su seguridad.
«Por ejemplo, a mí me gusta lo que hago, pero tiene un costo de varios tipos. Yo no puedo caminar tranquilo por la calle y salir con mis hijas a pasear (…) Todo en la vida tiene un costo y el costo de que me digan autoritario es demasiado pequeño como para que me moleste mucho. Ahora, no me gusta, pero tampoco como que me quita mucho el sueño», afirmó Bukele.
El mandatario salvadoreño dijo que no tiene claro qué hará cuando termine su período en el gobierno, cuando tendrá 47 años de edad.
«Va a ser un reto definitivamente, porque no me veo regresando a la empresa privada o qué, no sé. La respuesta del diente al labio sería escribir un libro, algo así, pero no sé. Realmente no tengo pensado qué voy a hacer en 2029», afirmó.
Información Voz de América / Fotografía cuenta en X de Nayib Bukele