Por Moisés Cottom |
El 16 de julio de 2003 el mundo de la música latina despidió a una de sus figuras más queridas, Celia Cruz. La «Reina de la Salsa», como era conocida, dejó un legado imborrable en la industria musical.
Celia Cruz, nacida el 21 de octubre de 1925 en La Habana, Cuba, dedicó su vida a la música y se convirtió en un ícono de la salsa. Su talento vocal único, su energía en el escenario y su personalidad carismática la hicieron amada por millones de fanáticos en todo el mundo.
Durante su destacada carrera, Celia Cruz lanzó innumerables éxitos, como «La Vida es un Carnaval» y «Quimbara», que se convirtieron en himnos de la música latina.
Su estilo distintivo, su poderosa voz y su pasión contagiosa le valieron el reconocimiento de la industria y numerosos premios, incluyendo múltiples Premios Grammy.
La muerte de Celia Cruz marcó el final de una era en la música latina. Su partida dejó un vacío irremplazable, pero su legado continúa vivo a través de su música atemporal. Su influencia perdura en las generaciones de artistas que han sido inspirados por su talento y su dedicación.
Vía History