Con información de Fernando Castellanos.
El 29 de octubre de 1825, Quetzaltenango recibió el título oficial que la acreditó como ciudad por parte de la Asamblea Constitucional de Guatemala. Esta distinción fue lograda gracias a las gestiones de Juan José Flores Estrada, Laureano Nova y Manuel Montúfar y Coronado, quienes presentaron la solicitud ante dicha Asamblea.
La entidad gubernamental aprobó el reconocimiento mediante el Decreto No. 63, otorgándole a Quetzaltenango un lugar destacado en la historia de Guatemala.
Desde aquel día, esta tierra noble, también conocida como «Xelajú» o simplemente «Xela,» ha sido un bastión de riqueza cultural, social y económica. A lo largo de los años, Quetzaltenango ha aportado notablemente al desarrollo de Guatemala en múltiples aspectos. En el ámbito económico, la ciudad se ha consolidado como un centro comercial y de producción industrial, siendo uno de los motores económicos más importantes del país. En educación, Xela alberga varias instituciones de prestigio, como la Universidad de San Carlos de Guatemala, extensión Occidente, que ha formado a generaciones de profesionales en diversas disciplinas.
En cultura y arte, Quetzaltenango es famosa por su talento en la música y el teatro, además de preservar tradiciones ancestrales mayas y eventos culturales que celebran la riqueza étnica de la región. Su arquitectura colonial y republicana, en lugares como el Parque Central y la Catedral del Espíritu Santo, atraen a miles de turistas cada año. Además, la ciudad ha sido cuna de reconocidos poetas, escritores y músicos que han dejado una huella importante en la identidad nacional.
En el deporte, Xela también se destaca, siendo hogar de equipos emblemáticos, como el club de fútbol Xelajú MC, que ha ganado múltiples títulos de la liga nacional y mantiene una base de seguidores apasionados.
Hoy, al conmemorarse el 199 aniversario de su elevación a la categoría de ciudad, celebramos el legado histórico de Quetzaltenango y su invaluable contribución a la identidad y el progreso de Guatemala.
Fotos: Raquel Yancor.