El 12 de abril, las tuberías que suministran el agua la capital colombiana empezaron a cerrarse por turnos y zonas por la crisis generada en sus embalses, que a raíz de la sequía provocada por el fenómeno de El Niño quedaron prácticamente agotados. Un mes después de esta decisión, habitantes de la localidad de Kennedy, que le corresponde el turno ocho, hablaron con la Voz de América, cómo han ido adaptándose a esta nueva realidad.
Angie Castrillón, una residente de esta localidad ubicada al sur occidente de Bogotá, habla sobre cómo debieron ingeniárselas en sus actividades diarias para reducir el consumo adoptando planes para preparar sus comidas, lavar los platos y reutilizar el agua que se usa en la lavadora para el inodoro.
“Nosotros cuando lavamos la loza recogemos el agua para ponerlo en una caneca y llevarlo al sanitario, igual el agua de la lavadora la reciclamos en unos baldes y después de eso la llevamos al sanitario y le aplicamos dos copitas de varsol para que el agua no coja mal olor”, explica a la VOA Castrillón.
Rosa Díaz, comerciante del sector, dice que desde que se implementó la medida, han ido encontrando modos de ahorrar agua. “Desde que uno esté preparado no es difícil. Le toca a uno estar bien preparado, con sus baldes o hasta las ollas. Si es necesario toca hasta que nos ordenen porque como es una ley, hay que cumplir y si es necesario seguir con la medida”.
Otros, por su parte, como Norma Ocampo, cuenta que a su local de comidas le ha tocado un “poco duro” porque no pueden darse el lujo de recolectar en tanques el agua que necesita su negocio por las normas en el mínimo de metros cúbicos que pueden consumir desde que arrancó el racionamiento.
“Nos ha tocado ir a otro sitio a traer en baldes o en recipientes que uno tiene de reserva. Yo digo que ya deberían de retirar la medida porque ha estado lloviendo entonces supongo que ya los embalses están como al nivel que se necesita”, comenta.
El alcalde de la ciudad Carlos Fernando Gañan, quien hizo un balance a un mes de la implementación de la medida, manifestó que el balance ha sido positivo; sin embargo, anunció que el recorte de agua se seguirá manteniendo hasta mediados de mayo, cuando se volverá a hacer una valoración de la situación de los embalses.
“Necesitamos lograr reducir más el consumo para que podamos frenar la caída del nivel de los embalses mientras que nos llueve. Vamos por buen camino, pero obviamente tenemos que decir que falta mucho todavía, falta muchísimo para que podamos superar por completo esta crisis”, dice Galán, quien en sus reportes diarios exhortar a la ciudadanía a que continúe ahorrando agua y cambiando sus hábitos de consumo.
Aunque las lluvias comienzan a volver y a caer sobre los embalses, para Fernando Gómez Paiba, investigador y especialista en desarrollo sostenible y medio ambiente, la ciudad y el territorio de la sabana de Bogotá, debe hacer un replanteamiento de la utilización del sistema hídrico para diversificar su suministro con el fin de no depender de una sola fuente.
“Yo creo que precisamente ya para hablar sobre las propuestas de cómo es que tenemos que mitigar este problema de racionamiento, tenemos que hablar es que es un problema estructural, entonces si queremos atacar el problema estructural, sí hay que hacer un trabajo de replanteamiento, de ordenamiento del territorio y del sistema hídrico”, asegura Gómez a la VOA.
Según datos del Sistema Interconectado Nacional de Energía, el nivel de los embalses han alcanzado un nivel del 38 % de sus capacidades, sin embargo, el objetivo que tiene la Alcaldía de Bogotá es que los embalses que proveen el agua a la ciudad estén sobre el 70 % del nivel para finales del 2024. Además, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Colombia es el país con el mayor consumo de agua per cápita en el mundo con 1.988 litros anuales.
Información Liz Castrellón y Camilo Álvarez / Voz de América (VOA) / Fotografía Oscar Cavadía / VOA