La candidatura presidencial de un partido intervenido por sentencia judicial en Venezuela, Acción Democrática, tiene pies de plomo en las encuestas y experimenta una nueva “fractura” luego del retiro público de apoyos de parte de su dirigencia en al menos cuatro estados del país, observan expertos.
Una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia puso en junio de 2020 la dirección nacional, la tarjeta electoral y el uso del logo e imagen de Acción Democrática, una organización socialdemócrata fundada en 1941, en las manos de políticos disidentes de la oposición tradicional, encabezados por el político veterano Bernabé Gutiérrez.
Esa Acción Democrática postuló al diputado Luis Eduardo Martínez a la presidencia, pero sus números en encuestas de firmas privadas están lejos de prever su victoria el 28 de julio. Mientras, varios de sus jefes políticos del interior del país han expresado su descontento por su postulación y han dado su apoyo al candidato de la Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia.
La intención de voto a favor de Martínez “no pasa del error muestral” en ese contexto, es decir, ronda el 1 % en las encuestas, de acuerdo con el politólogo Ricardo Ríos, también presidente de la firma consultora Poder y Estrategia.
Martínez “tiene el hándicap de venir de un partido fracturado. Le pasa factura y ahora esa subdivisión de AD está fracturada”, acotó Ríos a la VOA.
“Su capacidad de crecimiento no sobrepasará mucho más del margen de error” de próximas encuestas, anticipó el analista de tendencias de opinión pública.
La fracción antichavista que lidera el ex presidente del parlamento y quien fungía como secretario general nacional de AD, Henry Ramos Allup, sigue adherida a la Plataforma Unitaria Democrática, respalda la aspiración de González Urrutia y dice respetar el liderazgo de la ganadora de la primaria opositora y dirigente de Vente Venezuela, María Corina Machado.
Molidos por la polarización
El candidato de la AD judicializada recibió en abril los apoyos del postulado de otro partido intervenido por sentencia, Copei, y del aspirante con pasado chavista Luis Ratti, ambos sin mayores esperanzas de triunfo, según sondeos.
Una encuesta de la firma ORC Consultores indicó esta semana que la intención de voto a favor de Martínez es de 0,86 %, muy por detrás de otros 4 candidatos: Edmundo González Urrutia tiene 51,77 %; Maduro, 13,15 %; el humorista y empresario Benajmín Rausseo, 1,45%; y Antonio Ecarri, 0.93%. El 17,39 % de los encuestados dice que no sabe por quién votará.
Saúl Cabrera, de la firma Consultores 21, apuntó recientemente en una entrevista radial que al resto de candidatos, entre ellos Martínez, “lo muele la polarización” política, que hoy concentran González Urrutia y Maduro.
Bernabé Gutiérrez, máximo vocero de esa fracción judicializada de AD, dijo esta semana que «la verdadera encuesta» será el 28 de julio y atribuyó las renuncias de algunos de sus delegados políticos regionales a intentos de «confundir», prometiendo que su militancia votaría por Martínez.
Rebeldías en al menos cuatro regiones
Sus números en las encuestas son parte de las razones dadas por delegados políticos en al menos cuatro regiones de esa AD judicializada para quitarle sus apoyos a Martínez, renunciar a sus cargos y anunciar que respaldarán al candidato de la oposición tradicional, Edmundo González Urrutia.
Daniel Solís Daza, uno de los políticos que dimitieron, en Portuguesa, afirmó que la candidatura de Luis Eduardo Martínez no había generado “sincronía ni empatía” con el pueblo y consideró que González Urrutia representaba “la verdadera unidad opositora”.
En Amazonas, al sur del país, Ronald Castillo, secretario regional de la AD de Bernabé Gutiérrez, calificó la postulación de Martínez como “un completo fracaso” y llamó a los adecos a apoyar a González Urrutia.
El buró sindical de esa fracción en Mérida también respaldó al candidato de la Plataforma Unitaria por considerar que representa la “unidad real” y que Martínez, en cambio, sería “un factor de fractura”, mientras que la militancia no lo ve “con buenos ojos”.
En Guárico, varios dirigentes de la AD de Gutiérrez, entre ellos 3 alcaldes, se declararon esta semana «convencidos» de que la mayoría del pueblo está pensando que «el cambio» lo representa Edmundo González Urrutia.
Según uno de los voceros sindicales acedos en Guárico, Alexander Tovar, «han crecido las renuncias» a cargos directivos de la organización intervenida «en casi todas las regiones» del país por estar en desacuerdo con «la línea oficial» representada en Bernabé Gutiérrez y la candidatura de Martínez.
Los dirigentes regionales de la AD intervenida renunciaron “porque los engañaron” prometiéndoles apoyar a un candidato unitario, lo que no ha ocurrido y probablemente no suceda, afirmó a la Voz de América Williams Dávila, diputado electo en 2015 y miembro del partido miembro de la Plataforma Unitaria, conocido como “AD en resistencia”.
Acusó a los dirigentes de la Acción Democrática judicializada de “inventar encuestas” para mantener una postulación que, a su entender, “le hace el juego a Nicolás Maduro”. Dávila estimó que las renuncias son parte de “un proceso de reunificación” del partido blanco luego de la medida judicial de 2020.
Campaña y legitimidad
El candidato Martínez, por su parte, sigue adelante con su campaña, recorriendo ciudades del interior, como Valencia y Margarita, y prometiendo un gobierno de unidad nacional.
“Vamos a transformar Venezuela”, suele decir en sus discursos. Una de sus promesas es dolarizar los salarios, pensiones y jubilaciones y aumentar el ingreso mínimo a $200. Otra es reformar la Constitución para recortar el mandato presidencial, retomar el sistema de dos cámaras legislativas y eliminar la reelección indefinida de cargos de elección popular.
La candidatura de la AD judicializada puede estar sufriendo las consecuencias de su falta de “legitimidad” entre su dirigencia y militancia del partido, sin embargo, evaluó el politólogo Leandro Rodríguez Linárez, quien subrayó la importancia histórica del partido blanco.
AD “fue el partido más importante de la primera etapa de la democracia” tras la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, a mediados del siglo pasado, precisó. Ahora, esa AD judicializada se expone al “desarraigo” de las bases de la organización, dijo el analista consultado por la VOA.
“El partido en manos de Henry Ramos Allup concentra la mayor militancia y el otro tiene orgánicamente algunos liderazgos en las regiones y algunas alcaldías. Martínez es el peor evaluado, ha venido cayendo estrepitosamente en las encuestas”, detalló Rodríguez Linárez.
El futuro de AD, como el del resto de los partidos, dependerá en buena medida de la elección: si gana la oposición tradicional, las organizaciones políticas podrán volver a organizarse, pero, si pierde, continuarán “en crisis”, valoró.
Información Voz de América