Con la temporada de huracanes acercándose a su punto álgido, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha revelado su pronóstico revisado para la temporada de huracanes en el Atlántico.
Los especialistas de la NOAA anticipan que esta temporada de huracanes continuará siendo «muy activa,» destacando que las temperaturas más elevadas del océano y la disminución en la cizalladura o el cambio del viento con la altura han creado condiciones propicias para una temporada extremadamente activa que podría ubicarse entre las más intensas jamás registradas.
«La temporada de huracanes comenzó de manera temprana y violenta con el huracán Beryl, el huracán atlántico de categoría 5 más temprano registrado,» afirmó el Administrador de la NOAA, Rick Spinrad.
Para la temporada de huracanes de 2024, los meteorólogos del Centro de Predicción Climática de la NOAA han ajustado la previsión de tormentas con nombre a 17-24 (con vientos de 63 kilómetros por hora o superiores), entre 8-13 huracanes (vientos de 119 kph o superiores), de los cuales 4-7 huracanes podrían ser de gran intensidad (vientos de 179 kph o incluso mayor).
«La actualización de la NOAA a la perspectiva estacional de huracanes es un recordatorio crucial de que el punto álgido de la temporada de huracanes está a la vuelta de la esquina, cuando históricamente suelen ocurrir los impactos más significativos de los huracanes y tormentas tropicales,» destacó Spinrad.
Una temporada promedio de huracanes en el Atlántico produce 14 tormentas con nombre, de las cuales usualmente siete se convierten en huracanes y tres alcanzan la categoría 3 o superior.
Dos huracanes en menos de un mes
Beryl y Debby han sido los dos huracanes que han tocado territorio estadounidense con menos de un mes de diferencia, entre julio y agosto. Y el punto máximo de la temporada aún no se ha alcanzado, que es entre finales de agosto y principios de septiembre. Además de las fuertes rachas de viento, también alertan de las grandes cantidades de agua que suelen dejar los ciclones, especialmente en zonas de la costa.
“Pueden producir lluvias muy fuertes, muy intensas que llevan a inundaciones y que pueden llegar a arrastrar vehículos, incluso casas”, aseguró Gladys Rubio, meteoróloga del Centro Nacional de Huracanes (CNH), en declaraciones a la Voz de América.
Tanto la NOAA como el CNH siguen pronosticando una temporada muy activa. Uno de los factores que contribuyen a este escenario son las altas temperaturas de los océanos, creando así el caldo de cultivo perfecto para la formación de ciclones.
“Lo que sí sabemos es que si tenemos aguas de los océanos con temperaturas más altas de lo normal, eso va a conducir a que los huracanes tengan un mejor ambiente para desarrollarse y formarse”, dijo Anthony Reynés, meteorólogo del CNH también consultado por la VOA.
Lo que no está científicamente probado es que el calentamiento global ayude a la formación de ciclones más potentes, como los que se han visto en los últimos años. Sin embargo, muchos ambientalistas aseguran que el cambio climático sí que tiene mucho que ver.
“La severidad y la extensión de las olas de calor en los últimos años están contribuyendo a eso”, apuntó Alejandro Dávila, portavoz de EarthJustice, una plataforma que aboga por la implantación de políticas climáticas para hacer frente al cambio climático.
En ese sentido, recordó que “en estos últimos meses, se está viendo que uno de los últimos 13 meses ha sido el más caliente registrado para ese mes a nivel mundial”, lo que da una idea “de la problemática a la que nos estamos enfrentando”.
Hay otro factor determinante esta temporada que está beneficiando la formación de huracanes en el Atlántico. Es el fenómeno de La Niña, que está provocando que las aguas del Pacífico estén más frías de lo habitual. Según la evidencia científica, al entrar en contacto con el aire caliente ayuda a que se formen estos fenómenos climáticos.
“Lo que hace que los vientos en los niveles altos se debiliten y esto es lo que los huracanes quieren tener: vientos débiles en los niveles altos para que entonces no interrumpa su circulación”, agregó Dávila.
Tanto desde la NOAA como del CNH se pide a la población monitorear el estado del tiempo a través de los canales oficiales. Es la forma más efectiva, dicen, de recibir los avisos en caso de emergencia.
Información Antoni Belchi / Voz de América / Fotografía captura de video