Por Fernando Castellanos |
El Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, que se celebra todos los años el 14 de noviembre, recuerda al mundo que el robo, el saqueo y el tráfico ilícito de bienes culturales tiene lugar en todos los países, despojando a las personas de su cultura, identidad e historia, y que tenemos que trabajar juntos para combatir este delito.
El tráfico ilícito de bienes culturales tiene muchas causas, y la ignorancia y la falta de ética están en su raíz.
Los bienes culturales objeto de comercio ilícito suelen transferirse ya sea a través de los mercados ilícitos de todo el mundo o de mercados lícitos como las subastas, incluso a través de la Internet.
Las personas, los gobiernos, el mercado del arte y las instituciones pueden poner de su parte para luchar contra ello mediante la sensibilización, la información y la ética en la compra y venta de arte y objetos culturales, la promulgación y el respeto de leyes y la protección del patrimonio y los bienes culturales.
La UNESCO adoptó por primera vez el 14 de noviembre como Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales durante su 40ª Conferencia General en 2019, con el objetivo de llamar más la atención sobre este delito y las formas de combatirlo, así como para destacar la importancia de la cooperación internacional y de las medidas proactivas a través de la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales (1970).
Esta Convención, que celebró su 50º aniversario en 2020, proporciona un marco internacional para la prevención del robo y el saqueo y la devolución y el retorno de los bienes culturales robados, en paralelo con otros avances en la lucha contra el tráfico ilícito.
Es importante que todo comprador ejerza la debida diligencia a la hora de verificar la procedencia de los bienes culturales adquiridos, con el fin de detener el tráfico ilícito de bienes culturales.
La Conferencia Mundial de la UNESCO sobre las Políticas Culturales y el Desarrollo Sostenible –MONDIACULT 2022– dio un nuevo impulso a nuestra movilización en septiembre, 150 países aprobaron una declaración histórica para reconocer que la cultura es un “bien público mundial” y reforzar su compromiso con la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales.