Por Fernando Castellanos
Una fecha como hoy (30 de octubre), pero hace 95 años, fue descubierto un antibiótico que revolucionó la medicina moderna.
La utilización de esta sustancia permite tratar diversas enfermedades que, hasta a mediados del siglo XX, se consideraban incurables.
El hecho que sea posible utilizar la penicilina en la actualidad no se debe únicamente a Alexander Fleming (principal descubridor), sino que fue el resultado del esfuerzo de diversos investigadores.
El bacteriólogo británico descubrió el antibiótico en 1928, al estudiar un cultivo de bacterias que presentaban un estado de lisis debido a la contaminación accidental con un hongo.
El propio Fleming se encargó, con ayuda de un micólogo, de estudiar dicho hongo, al que se le otorgó el nombre de penicilina.