Por Fredy López
Oscar Israel Talé, de 71 años, quien se dedica a la imprenta desde los 14, comenta que inició en la imprenta ya desaparecida El Noticiero Evangélico, la cual se ubicaba en la 13 avenida y 8ª calle, zona 1 de Quetzaltenango. En ese entonces, Manuel Colop, uno de los tipógrafos de antaño, le dio la oportunidad de trabajar en la imprenta.
Se les denominaba tipógrafos porque en ese entonces se trabajaba con varios tipos, los cuales eran moldes y formatos. Cada tipo estaba hecho de plomo y contenía una letra (las palabras se formaban letra por letra).
En ese entonces la máquina que se utilizaba era la Chandler, la cual tenía pedal y era manual, luego surgió otra tipográfica llamada Heidelberg Minerva (más rápida para el trabajo).
Para las imágenes, fotografías y logotipos se hacían los llamados cliché, los cuales eran de metal sobre una base de madera y se calculaba la altura del tipo para que casara en el molde.
La evolución que ha tenido la imprenta en Quetzaltenango ha dependido del avance de la tecnología y la creación de nuevas maneras de imprimir.