Por Fredy de León |
El vuelo en parapente sobre el volcán Atitlán, en Sololá, fue una idea que encajó con el clima. Expertos en vuelos informaron que las condiciones se prestarían para despegar de la cima de varios volcanes, sobrevolarlos y descender, por ello, un grupo de siete expertos en parapente decidieron aprovechar y realizar algo nunca antes hecho: volar desde el volcán Atitlán.
Cuatro guatemaltecos, una colombiana, un suizo y un inglés ascendieron al volcán Atitlán, por seis horas aproximadamente, y luego de vivir experiencias sin comparación elevaron sus parapentes e iniciaron la aventura por los aires desde este coloso ubicado alrededor del lago Atitlán.
Andrea Jaramillo, quien vuela desde hace 21 años, en su natal Colombia tiene el grado de instructora de parapente y, a pesar de las dificultades físicas, se aventuró a este vuelo. «Soy apasionada de los volcanes y del vuelo en parapente, una experiencia mágica, vimos el atardecer, nos tocó lluvia de estrellas y sentir los retumbos del volcán de Fuego, todo fue tremendo, volar en colchones de nubes, es una experiencia sinigual», dijo Jaramillo.
Los pilotos de parapente indicaron que el vuelo fue de un poco más de una hora, despegando del volcán Atitlán hacia la Costa Sur, su aterrizaje fue en Cocales, Patulul Suchitepéquez, no hubo turbulencia y en general fue un vuelo con condiciones climáticas perfectas, según indicaron.
Otro atrevido piloto de parapente que participó en esta aventura fue el experimentado Abimael Juárez, originario de Panajachel, quien compartió la idea de ascender a este volcán, el cual era un reto pendiente para él.
«Realmente no hay palabras para expresar la sensación de despegar y sobrevolar uno de los guardianes del lago, tuvimos el clima perfecto, fuimos siete pilotos, la vista a cada momento cambia, es mágico vivir aquello que se ve desde el suelo, pero en las alturas, el cansancio del ascenso se olvida en ese momento», dijo Juárez.
A este vuelo en parapente se sumaron Benjamín Doherty, Sebastián Villavazo, Héctor Guevara, Gabriel Lancho y Eduardo Queché. Para este tipo de vuelos extremos es necesario tener un nivel alto en vuelos en parapente e información meteorológica para evitar algún contratiempo.
