Por Rubén Jocol |
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: «Desde Egipto llamé a mi hijo».
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó a matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de 2 años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: «En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen».
Información y fotografía EWTN