La «incomodidad» que sintió Alejandra Mora durante su infancia y adolescencia en Costa Rica fue el punto de partida en su dedicación para acercar a la región a un mundo de igualdad, donde la mujer ocupe el lugar protagónico que merece y esté representada en paridad en la arena política.
En una entrevista con la Voz de América, la abogada, activista y defensora de los derechos de la mujer, repasó su trayectoria, primero como ministra de la Condición de la Mujer, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, y directora de la Defensoría de la Mujer de Costa Rica, para ilustrar el camino que le llevó hasta el liderazgo de la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM)
En la CIM – dentro del ecosistema de la Organización de Estados Americanos (OEA)- Mora y su equipo han impulsado iniciativas diseñadas a empoderar a las mujeres en distintos ámbitos de la vida, asesorando a gobiernos sobre cómo garantizar el acceso a puestos públicos y políticos y puesto el foco en sectores y problemas que a menudo quedan fuera del interés, entre ellos el tema de cuidados.
A pesar de los notorios avances en paridad, evidenciado en el casi 40 % de mujeres parlamentarias en la región, «la mayor cantidad en el mundo», Mora todavía insiste en que «los discursos de resistencia a la participación de las mujeres siguen siendo los mismos que se hacían hace 100 años».
«Lo que quiero decir es que lo que hacemos funciona, el feminismo funciona» como agente transformador que las mujeres han aprovechado. Por el contrario, «los hombres se han transformado poco», afirmó la jurista. Además señala que hay retos para ambos lados, «porque el asunto de la igualdad es de todos y de todas».
VOA – Cuando se habla de Alejandra Mora en Latinoamérica se habla de defensa de la mujer. Su trayectoria la ha convertido en un nombre reconocible y clave en esta lucha por la igualdad de género. Pero, ¿siempre supo que ese era su propósito o fue esa misión la que la encontró a usted? ¿Nos puede contar cómo su entorno y su niñez y adolescencia en Costa Rica la pusieron en este camino?
Alejandra Mora – Eso siempre es un tema interesante. ¿Cómo llegaste a esto y por qué la vida te llevó a este lugar? Lo que yo creo en lo personal es que siempre tuve como una incomodidad permanente con lo que me pasaba con la participación de las mujeres desde el entorno de la escuela, del colegio, y que se fue, digamos, como incrementando. Por supuesto que también tiene que ver con las figuras con las que naciste y creciste. Y yo tengo una mamá que es una mujer muy inteligente y que siempre me supo dar libertad para mirar el mundo sin cortapisas y eso me permitió, digamos, tener una enorme posibilidad de aprender, de abrirme espacios.
Después, cuando estuve en la universidad, estuve en una conferencia que dio una feminista, Alda Facio, en la que por primera vez oigo de todo lo que significa la perspectiva de género y donde le pone apellidos y conceptualización a mi intuición y mi inconformidad. Y ahí empieza un camino desde el feminismo. Y en este camino también es importante las mentoras, porque empiezo a trabajar en el Ministerio de Justicia (en Costa Rica) y la poderosa Elizabeth Odio es una mujer que ha abierto camino y se convirtió en mi mentora.
Voy a un proceso de capacitación enorme para trabajar en la perspectiva de género y lo que sucedía con las mujeres. Y ahí ya no hay retorno, porque cuando tienes un nivel de conciencia, vas progresivamente entendiendo lo que sucede.
A partir ahí empecé a hacer un proceso de interpelación del Derecho como un instrumento para transformar la vida de las mujeres. Y ahí llegué a la Defensoría de la Mujer a analizar y a resolver casos de las mujeres. Y fuimos absolutamente transgresoras con el instrumento jurídico para mirarlo desde otro lugar, para usarlo como un instrumento para las mujeres y no para sostener el status quo como ha venido sido siendo. Y entonces me parece que ahí estuvo una ruta.
Nada de esto se hace sola, porque los procesos de las mujeres y sobre todo las mujeres que creemos en el feminismo y que queremos ser consecuentes, son bastante colectivos.
Por ahí un poco fue como esta misión me encontró, pero yo tenía instalada ya una semilla de para poder colocarme los lentes del género y para abrazarlo como una ideología importante para mi quehacer y mi vida personal.
VOA – La Comisión Interamericana de la Mujer dentro de la Organización de Estados Americanos se fundó tras la victoria de las sufragistas en EEUU y en medio del movimiento por el voto femenino en América Latina. ¿En qué medida usted se considera heredera de aquellas fundadoras y cuál ha sido el rumbo que ha dado a la organización bajo su mandato?
Alejandra Mora – Hace 96 años, lo que estaba sucediendo es la efervescencia del sufragismo. Y resulta que a la par también se estaba discutiendo el americanismo y las mujeres encuentran una oportunidad para decir: ‘ahí están hablando de nosotras’ y lo tomaron y lograron (crear) la Comisión Interamericana de Mujeres. Así es que no puedo más que sentir una obligación ética y un compromiso personal con las mujeres que abrieron camino, que muchas se quedaron sin voz y sin vida en ese camino, porque la historia del sufragismo fue súper conmovedora en relación con el activismo de las mujeres y lo que les pasó: la exclusión, la el cuestionamiento.
Y para llegar a lo que tenemos hoy en en América, es Uruguay quien primero se encamina en la ruta de los países que alcanzan el incorporar el derecho al voto. Pero del derecho al voto hemos caminado de una forma impresionante, porque lo primero que pasó fue que del derecho al voto, pasamos a votar por los hombres y entonces ahí tuvimos que incorporarle la ilusión de que era para que nosotras también llegáramos, y entonces comenzamos a exigir los puestos de representación.
Pasamos por las cuotas hasta hoy, en un poderoso instrumento totalmente distinto a las cuotas, que es la paridad. La paridad es un instrumento que dice que si somos la mitad, así debemos de estar representadas en los espacios. Es un tema de justicia distributiva que tiene una concepción distinta a las acciones afirmativas.
Esta región, además, tiene casi 40 % de mujeres parlamentarias, la mayor cantidad del mundo. Lo que quiero decir es que lo que hacemos funciona, que esta región tiene mucho que mostrar, que el feminismo ha transformado.
Y quiero decir que las mujeres nos hemos transformado porque migramos del mundo de lo privado a lo público y que los hombres se han transformado poco. En ese sentido, es decir, los discursos de resistencia a la participación de las mujeres siguen siendo los mismos que se hacían hace 100 años. Por eso también hay un reto para los hombres en acompañar estos procesos de transformación de la igualdad… y además para nosotras por incorporarlos también en alianzas, porque el asunto de la igualdad es de todos y de todas.
VOA – Esto nos lleva a la próxima pregunta. Dentro de la Comisión se han creado varios mecanismos para impulsar la igualdad, entre ellos una ley modelo de violencia política que busca el compromiso de los gobiernos para garantizar el acceso igualitario a los puestos de dirección. Siendo usted una mujer en un puesto político de importancia, ¿cuán difícil es para una mujer alcanzar este tipo de posiciones en América Latina?
Alejandra Mora – Creo que hay un tema estructural, es la necesidad de tener leyes adaptadas para los países, porque los mandatos funcionan. Es decir, si no lo traducimos en ley parece ser una buena intención, pero no pasa nada. Por eso la Comisión Interamericana de Mujeres ha sido enfática en trabajar leyes modelo que le permitan a los países de manera más fácil tomar ese instrumento y tratar de traducirlo, aclimatando ahí lo que requieren para la especificidad de cada uno de los países, sobre la base de las buenas prácticas.
Pero por supuesto, hay un tema también estructural de la cultura, y es que mientras las mujeres tengamos una distribución del tiempo como la que tenemos, eso significa que las que pueden trabajar remunerado afuera (del hogar) tienen una jornada, luego llegan a la casa a la segunda jornada.
Y bueno, imagínate lo que significa para quienes quieren participar en política. Es la tercera jornada laboral. De manera que realmente hay un tema estructural de la distribución del tiempo. Por eso también hicimos la ley de los cuidados, para hablar un poco de lo que significa la corresponsabilidad con los hombres en primer lugar, pero lo más importante, también con el Estado.
El otro tema estructural son los partidos políticos y los partidos políticos son el vehículo de la democracia, por eso hay que seguir apostando a ellos, pero estos están dominados por los hombres, que cuidan sus nichos de poder sin lugar a dudas. Entonces hay que llevar muchas mujeres a los partidos políticos, no solo a los puestos de decisión en los Estados, sino a los partidos políticos, para que desde esas mesas también transformen la lógica de las formaciones a las que pertenecen.
Y el otro obstáculo estructural es la concepción del liderazgo. Hay que hacer una feminización de los liderazgos. Así es que hemos hecho una contribución con el tema del cambio, de la narrativa, de los liderazgos. Hemos dicho que hay que romper el molde y le hemos llamado liderazgo disruptivo a aquel que se llega para ejercer el poder y se llega para transformar e interpelar el poder, porque si no, nos quedamos en el mismo sitio.
VOA – Usted ha dicho que la igualdad es la gran discusión, el gran tema actual de las mujeres, el mecanismo para el resto de las oportunidades. Justamente este año, la ONU llamó a financiar los derechos de las mujeres como única vía para alcanzar la igualdad y acelerar las vías de alcanzar el desarrollo sostenible ¿Qué está haciendo la Comisión en este frente?
Alejandra Mora – Tenemos que entender que esta es la región más desigual del mundo y que ahí está la base de todas las cosas que nos pasan: la discriminación, la pobreza, la violencia. Entonces hay que entender que esto es una necesidad. Y cuando uno tiene una necesidad, entonces está hablando de que no es un gasto, sino una inversión. Y nosotros sobre Cuidados hicimos realmente un trabajo interesante, demostrando lo que estaba sucediendo, pero también señalando la importancia de colocarlo en un lugar privilegiado.
Digamos que es un análisis de feminizar lo que nos sucede como lo más importante, como mainstream y colocarlo ahí. Sin nosotras no hay democracia. Sin nosotras , sin la mitad del talento humano, no hay forma de que las economías crezcan. Eso no significa que (los gobiernos, las instituciones) nos van a dar el dinero. Significa el primer avance. Todo esto es un tema cultural, de transformación, que es lento.
Hace poco hicimos una cosa simbólica que fue hacer la Galería de las Heroínas, porque resulta que uno ingresa a la OEA y veía unos bustos creados hace más de 90 años de los hombres que lideraron estas Américas y no había ninguna mujer. Y entonces, 90 años después hicimos una convocatoria, los estados se apuntaron y se creó la Galería de las Heroínas, con las fotos de las mujeres que han estado y haciendo historia.
Y eso que puede parecer poca cosa a lo mejor a alguien que nos oiga, es una transformación simbólica, porque mientras en el entorno cultural sigamos recreando el patriarcado y la mirada de subalternidad de las mujeres, no vamos a avanzar en esta transformación. Así es que, que bueno que lo preguntas, porque ocupamos más cooperación, más igualdad y más mujeres en los puestos para llevar esta agenda adelante.
VOA – Al estar basada en Washington, por supuesto que está al tanto de la lucha por los derechos reproductivos de las estadounidenses y lo frágiles que pueden ser las victorias que parecían ya un hecho. ¿Cuán peligroso cree que puede ser el precedente de la derogación de Roe versus Wade para la región?
Alejandra Mora – La agenda de los derechos sexuales y reproductivos es la agenda más rezagada, la peor comprendida. Y que realmente nos obliga a pensar en muchas estrategias y por eso lo pondría en positivo. De ver cómo la estrategia de Francia que acaba de aprobar, que reformó la Constitución para realmente llevar al bloque constitucional los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, es lo importante.
Esta agenda no puede reducirse solo a los temas de aborto. Esta agenda es demasiado amplia también para entender que se trata de la vida de las mujeres, que se trata de la posibilidad de tomar decisiones, que se trata de un amplio aspecto de conjunto, de que no pueden haber más matrimonios infantiles y embarazos tempranos. O sea que nos tiene que conmover eso cuando vemos una criatura de 14 años, de 15 años embarazada. Es es una barbaridad.
Así es que hay que resignificar mucho de lo que estamos haciendo en esto y retomar y empujar esta agenda, y tomar los buenos ejemplos de quienes están haciendo cosas positivas, que nos permitan, en lugar de retroceder, seguir avanzando.
Información Yeny García / Voz de América / Fotografía CIM