Sin duda alguna la investigación es una herramienta efectiva para el aprendizaje, por su característica principal que es resolver un problema en el contexto educativo, es por lo que han surgido paradigmas y modelos que apoyan este acto, lo significativo para la educación es despertar y promover interés en nuevos aportes que contribuyan a un mejor desarrollo del proceso de aprendizaje.
No importa el paradigma epistémico que se implemente, este puede ser cuantitativo, paradigma cualitativo y/o paradigma crítico social, la investigación tiene varias aristas, esto dependerá de quien la realice y el objetivo que persiga el investigador educador, no cabe la menor duda que se piense en realizar investigación solamente en el momento de terminar un grado o posgrado universitario, siendo muchas veces lo que impide realizar su sueño profesional debido a no poder realizar la investigación por sentirse desorientado.
Sin embargo, no hay que claudicar ante las adversidades se debe desarrollar la capacidad de organizar las ideas y los pensamientos para proponer investigaciones relevantes, descubriendo el hilo conductor que oriente la investigación desde el aula con los sujetos de investigación que son los estudiantes. Muchos perecen en el intento ante una tarea que requiere creatividad, dedicación y pasión.
Muchos docentes enfrentan problemas para poder plantear un protocolo, diseño o plan de investigación, así como las diferentes fases que implican llevar a cabo la misma. La falta de formación en investigación del profesorado novel y de quienes se encuentran en servicio sea por lo general deficiencia de las instituciones encargadas de la profesionalización docente, lo que impide poder intervenir en la problemática que se vive en las aulas del sistema educativo nacional y universitario.
En la actualidad se ha consensuado en diferentes sistemas educativos, la necesidad de formar al profesorado en investigación educativa, que contribuya a promover la interacción y cooperación entre la comunidad educativa para presentar propuestas de solución a la problemática del proceso de aprendizaje.
La participación y el protagonismo de los docentes en la investigación relacionadas con su desarrollo profesional, práctica e innovación, es inminente ya que la investigación es un recurso que le permite acrecentar su conocimiento y mejorar su práctica en el aula con los sujetos curriculares.
Sin embargo, la carga de investigación positivista, empirista y descriptiva en los programas de formación del profesorado y de los posgrados impiden establecer la investigación como un elemento constitutivo –junto a otros- que permitan desarrollar actitudes y aptitudes en este campo, la investigación educativa debe ser vista como un recurso de enorme valía en manos del profesor y profesora, es una clave imprescindible para la formación de los nuevos profesionales docentes.
Como señala Forner (2000) la relación entre investigación y formación tiene tres ámbitos de mejora: La investigación en la formación: permite el incremento de la presentación (análisis) de estudios e investigaciones en la docencia de la formación inicial del profesorado, como recurso y contenido de la mayoría de las materias curriculares, y, contraste de conocimientos fundamentales. La investigación para la formación: se refiere al uso de la investigación como alternativa de mejora de procesos de enseñanza y aprendizaje. La formación para la investigación: se refiere a la capacitación constante del profesorado para desarrollar proyectos de investigación y que puedan colaborar en investigaciones vinculadas a su práctica profesional, al currículum, a la docencia, desarrollo entre otras que sean de beneficio para mejorar la práctica y teoría educativa.
El beneficio de la investigación en educación es que se trata de aportar y generar conocimiento a quien la ejecuta (realiza), conocimiento sobre lo que se estudia, ayuda a la emancipación e independencia de criterio, libera al profesorado, revistiéndole de juicio crítico en su práctica de enseñanza y aprendizaje.
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