La voluntad del pueblo dada a través de intereses comunes, demostrando una actitud emancipadora, deliberad, incluyente y de autodeterminación colectiva, se manifestó en las urnas. El pueblo en términos de intereses comunes, incluyentes e igualitarios han postulado su voluntad de cambio y transformación para la Nación guatemalteca.
Lo manifestado el pasado 20 de agosto en la arena política por el pueblo fue un proceso voluntario y autónomo, que puso de manifiesto un pensamiento de libertad práctica, una acción colectiva determinada a cambiar con las estructuras privilegiadas y los altos niveles de corrupción en todas las esferas de la Administración Pública.
Se ha demostrado que el pueblo esta cansado de la vieja política, la voluntad es construir un nuevo camino, como lo manifestó Paulo Freire “no hay camino, se hace camino al andar”, dispuestos a construir un nuevo camino sin olvidar el contexto histórico que se ha vivido, ser actores de una Nueva Guatemala privilegiando la voluntad soberana e independiente del pueblo, la cual no se puede mancillar.
Nadie puede estar por encima de la voluntad del pueblo, las instancias, autoridades y quienes gobiernan están supeditados a este, es importante recordar que el pueblo siempre ha superado los obstáculos que a plena luz han impuesto dictadores y nefastos gobernantes, amparados por leyes retorcidas y mal intencionadas, por lo que las páginas de la historia están consagradas a quienes han defendido la libertad y soberanía de la población.
A veces las autoridades “no saben” lo que el pueblo desea y suelen aparecer personas que se arrogan la voz del pueblo, intimidando y utilizando tácticas de terror. Se olvidan de que tenemos pilares importantes que sostienen el sistema naciente democrático, la soberanía de los pueblos coexistentes en la Nación, los Acuerdos de Paz y el constitucionalismo social.
Las consecuencias pueden ser devastadoras si se continua con la expoliación de la población, que sufre de condiciones inhumanas, que muere de hambre y pobreza. Sumando los grandes flujos migratorios de talento humano que debe vender su mano de obra barata siendo explotados a placer y realizando los trabajos más duros por la menor retribución.
No podemos aceptar la imposición de un pensamiento único y tecnocrático, adoptado por una élite estatal que desea controlar y dirigir las acciones de las políticas fundamentales. Es primordial para los medios de comunicación transmitir con veracidad lo evidente y no ocultar a los ciudadanos las falacias que el propio sistema construye para ocultar sus malsanas intenciones.
Vivimos el ingreso de la voluntad del pueblo como actor político, la voluntad colectiva se convierte en autoridad y poder, significa rechazar las concepciones basadas en la exclusión natural histórica de la primacía de gobernar, hoy el pueblo reclama el derecho y libertad universal de gobernar.
“Quien no está con el pueblo está contra el”
0 comentarios