Dedicado en el Día del Maestro al profesor Jorge Antonio Salazar
Las capsulas del tiempo están asociadas a mensajes dejados para el futur0… contienen lecciones que serán encontradas por las nuevas generaciones… Carl Sagan (1934-1996) legó ese sentido para la posteridad y fue en la Voyager 1 lanzada al espacio en 1977 que lleva nuestra historia ¿Qué hicimos, cómo fuimos y qué tan mejores…?
No he encontrado mejor metáfora en el Día del maestro este 25 de junio e inicio de la Feria Internacional del Libro de Guatemala 2023 (FILGUA), que ese extraordinario sentido del libro como alforja en los viajes intergeneracionales… y deaquel profesor que trazó un mapa para el viaje de nuevas generaciones.
Viene hoy este relato dedicado a uno de los Profesores que pilotaron a una generación de adolescentes en un pueblito perdido allá en el norte de Guatemala.
Seguramente fue a principios de los años sesenta. La Compañía Frutera (UFCO) había empezado a mejorar la calidad de la educación para hijos de obreros y oficinistas en el enclave bananero. El artífice fue el Profesor Oscar Lemus Interiano (1936-2018).
Era un caballero del oriente de Guatemala. Hombre culto, nunca de acalorada discusión y menos de agresión… Hombre distinguido. Era coloquial pero nunca de palabra soez… era un personaje agradable. Recuerdo que en una de esas curiosas volteretas que mueven los hilos de la política bananera lo hicieron diputado en la legislatura 1974-1978. Nunca quiso contar la historia… detrás de esa historia.
Recuerdo una tarde, cuando recibí la grata sorpresa al haber sido elegido para subir a una avioneta que llegaría de la capital a lanzar papeletas de campaña… Esa tarde fue un mensaje premonitorio de periplos que vinieron hasta el día hoy para extensos viajes.
El profesor Lemus Interiano fue el promotor de la llegada de jóvenes profesores que vinieron del departamento Chiquimula. Venían egresados del INVO. Recuerdo que ir a Chiquimula era ir al centro cultural del oriente de Guatemala, culta aquellos tiempos…
Así llegó el profesor Jorge Antonio Salazar, joven marcado por el ideal pedagógico y por la historia que contaba de 1954, cuando vivió la invasión que cambió el destino de Guatemala. Impuso estilo educativo, se distinguió por una excepcional vocación a la lectura y sobre todo por esa curiosa distinción de ser un respetable caballero.
Nunca olvido una tarde cuando al hablar del futuro nos interpelo “No importa lo que son hoy…. Es lo que serán mañana… no será fácil, sino con esfuerzo y sobre todo con lectura”. No sé si lo dijo así… tampoco importa, así quiero recordarlo hoy.
Seguramente venía de aquellas corrientes pedagógicas del primer Presidente Constitucional de la República de Guatemala, Doctor Juan José Arévalo. Corriente que buscaba profundizar el humanismo como la ciencia del hombre (Arévalo, 1974) en el que otorgaba valores trascendentes al entorno del hombre.
Nunca olvidare aquella mañana a principios de los años setenta cuando nos llevó a la verja de la Escuela a saludar la llegada de un Presidente que visitó la Gerencia de la UFCO, seguramente para el saludo de la república.
Pero la historia de esa mañana es otra. Fue justamente cuando la distinguida Primera Dama, Alida España, con elegancia de Palacio, distinción y grata belleza, así la vi esa mañana… Me saludo con un cálido apretón de manos y me dijo, -¡Escríbeme…!
Con ingenuidad adolescente me creí la provocación y le escribí una carta, no sabía quéescribir y el profesor Salazar sabiamente me dijo: una biblioteca. A la vuelta de los meses recibí un paquete de libros que aun hoy recuerdo con una nota que seguro no firmo ella, decía… “La lectura y los libros son la esperanza para el desarrollo de Guatemala…” Curioso mensaje, ella sabía la verdad de este país, siempre me preguntetodos estos años ¿Por qué no se lo dijo a su esposo presidente…?
Recuerdo en esta capsula del tiempo que en su tarea docente, no dejo nunca de leer relatos de libros que me marcaron… docente con un gusto exquisito por la marimba.Escuchaba por las tardes a todo volumen los conciertos de la TGW. Por cierto allí aprendí el gusto por la marimba y que más tarde me hizo coincidir con el dilecto maestro y amigo Lester Godínez, que estoy seguro tendrían tema con mi profesor paralargas charlas.
Hoy vuelvo a caminar por FILGUA y no puedo menos que reconocer que detrás de cada lectura y cada libro que llega a mis manos y que suma a mi diminuta biblioteca, hay una parte de mi profesor de primaria que llegó del oriente de Guatemala, cabalgando a “hombros de gigantes” (Newton, 1643-1727; Hawking, 1942-2018).
Nunca olvidé las hermosas palabras del discurso de despedida del sexto primaria que me pidió decir esa noche, “El sentido y el ideal que hemos dado a nuestra vida es lo que nos procura un estimulante real para vivir el día, el hombre que tiene y ha dado sentido a la vida, cuando lo logra, se siente feliz…”. Esa noche por la emoción olvide agradecerle…
Fue una sentencia profética aquella noche, y hoy después de 52 años… decirle que soy uno de esos que se siente feliz… Con humildad y al igual como llego a nuestro pueblo… expresarle que aprendimos también a cabalgar en esta hermosa y grata vida… a hombros de un gigante. Aunque tarde… gracias Profesor…
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