Hoy en día la sociedad atraviesa por un fenómeno denominado “El miedo como fenómeno político”, se implanta con el fin de causar zozobra en todas las dimensiones emocionales del ser es un principio de la política y de la organización societal que pretende que la comunidad tenga distractores para no tener una cohesión social.
Los miedos políticos se imponen desde las estructuras del Estado, los cuales son de distinta manera vertical, endógeno, exógeno, inducido, ancestral, con terror y pánico. Los cuales van acompañados de amenazas, inseguridad, desamparo y violencia controlada que impone anarquía y desequilibrio colectivo.
Es importante para la población no ser ahistórica, reconociendo los diferentes momentos que han puesto en jaque la situación política del país, los miedos pretenden abrumar la conciencia y crear desequilibrio en la población, al mismo tiempo se fomentan distractores placebos para que la población sea manejada por las estructuras de gobierno y las elites del país.
El miedo político es una herramienta política utilizada por los grupos de poder como un gran mal necesario, que les permite gobernar a la población en pro de sus beneficios y mantener una tiranía hegemónica que ciega a la población al momento de ejecutar la mala gobernanza, la cual, es indiferente ante los altos niveles de corrupción que se dan a través de las obras públicas sobrevaloradas.
Nuestra cultura política es muy pobre, sus prácticas, valores y códigos de comportamiento no permite entender y visualizar las intenciones individuales y colectivas que tienen los que integran los partidos políticos (caciques) en el juego de relaciones de poder entre la población y sus futuras autoridades.
La población emite su voto en función del miedo generoso provocado por el temor del bien y el mal un mal endémico provocado por el pensamiento medieval que prevalece hoy en día, así como, el cargo de conciencia generado por el dramatismo de la perdida de los bienes materiales y sobre todo por un nuevo orden político-administrativo o de gestión pública.
“Del odio al amor solo existe un paso” es importante dar un paso cualitativo y cuantitativo del miedo al plano de la construcción representativa de los pueblos que coexistimos en Guatemala, construyendo legitimidades políticas que terminen con los caudillos que han tenido subordinada a la población, en pobreza y pobreza extrema. El papel de un verdadero polític@ se debe centrar en un encuentro vis a vis pueblo-gobernante, dando legitimidad al acto político, terminado con los miedos políticos que permitan la construcción de políticas públicas interculturales, brindado seguridad en el manejo transparente del presupuesto público, atendiendo las necesidades básicas de la población más desposeída y deslindando la administración o gestión pública de la política partidista.
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