En su primera pelea de boxeo a los 13 años, la nicaragüense Yokasta Valle sintió un ataque de pánico ante la multitud.
“¿Qué hago aquí?” se preguntó en medio de los vítores del público, pero cuando su contricante la comenzó a golpear, ella respondió, y ganó. “Ese fue mi inicio”, cuenta a la Voz de América.
Hoy, a sus 30 años y en la cima del éxito tras coronarse campeona mundial de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), habla sobre el papel de las mujeres en ese deporte.
“El mensaje que yo le daría a las mujeres es que no hagan caso a los malos comentarios. ¿Cuánta gente no me decía que jamás iba a ser campeona y que el boxeo no es para mujeres? Me decían que jamás me iba a mantener del boxeo y que no iba a conseguir dinero”.
Y ella misma se pone como ejemplo: “pero ahora por el boxeo yo tengo mi casa, mi carro, mi gimnasio, maquinaria. Aparte de boxeadora, también soy empresaria”.
Tanto en Costa Rica que es donde se formó desde pequeña, como en Nicaragua, donde nació, se sienten orgullosa por los logros que ha tenido a lo largo de su carrera como deportiva.
«Regáleme una foto», le dice un admirador en el gimnasio propiedad de Yokasta. Ella procede a secarse el sudor y posa para la foto. El cliente es un niño costarricense acompañado por su padre.
A su juicio la gente lo que admira es su valentía y su perseverancia de que no se rinde “en un deporte dominado por hombres” y en muchas ocasiones las personas le exaltan sus cualidades.
“Ya ha cambiado, pero al principio era sorpresiva ver a una muchacha tan pequeñita, tan flaquita y, al mismo tiempo, tan fuerte y tan capaz, y tan decidida. Esos comentarios positivos me motivan a seguir dando ese ejemplo y que para las futuras generaciones sea más fácil”, comenta a la VOA.
Boxeo en Estados Unidos
Dentro de los logros más recientes, Yokasta menciona que se encuentra el hecho de que fue firmada por Golden Boy Promotions, una de las promotoras boxísticas de Estados Unidos más codiciadas a nivel mundial, propiedad de Oscar de la Hoya.
También destaca que ha tenido la oportunidad de pelear en Estados Unidos en dos ocasiones, no obstante dice que sigue luchando por cumplir más sueños y proponerse más metas.
“Mi sueño era tener un título mundial, uno. Ya tengo cinco; y ahora tengo un gran respaldo en Golden Boy. Ser campeona es difícil, pero más difícil es mantenerse y detrás de eso, hacer una pelea es mucho gasto, pero sigo adelante, soñando».
La disciplina de Yokasta y sus logros se han ido transmitiendo a sus generaciones. Su hermana menor, de 18 años, entrena junto a ella y también es boxeadora. Ella dice que la indujo al boxeo desde los doce años.
Pese a los logros, Yokasta dice que nunca olvida de dónde salió y el esfuerzo de sus padres por apoyarla. «A mi mamá yo le decía que quería ser boxeadora.. algo me decía que el boxeo era mi futuro y así ha sido», concluye.
Información y fotografía Houston Castillo Vado / Voz de América