El problema que existe en las comunidades de pueblos originarios, son varias, debido a que en estas comunidades se ha entronizado la violencia cultural, política, social y económica, las cuales se dan por falta de acceso a los servicios básicos, a la educación, a la justicia y a la equidad, que puedan garantizar una mejor calidad de vida, desde su propio contexto y cosmovisión. 

Es importante considerar que la educación es la vía para poder aminorar estos problemas, que sumados a la visión general y especialmente de los gobiernos locales y nacional, se debe agregar una fuerte carga ideológica plagada de racismo, discriminación y exclusión, dirigida con exclusividad a los grupos más vulnerables y a quienes siempre se les ha visto con cierta indiferencia y casi nulo reconocimiento. 

Las experiencias han ido desde los planteamientos paradigmáticos y procesos de integracionismo, hasta la xenofobia violenta asociada con el aislamiento, esto nos ha ido alejando del planteamiento y la posibilidad de una convivencia multiétnica e intercultural, pluralista y pacífica, procesos que muchas veces están promovidos por los políticos de turno que promueven la violencia social a través de la persecución institucional y la exclusión. 

Entonces que pasa en una sociedad sin educación, la corrupción va a cabalgar como un jinete del apocalipsis, la cual jamás será extinguida, y se instaura la dominación, la explotación, las injusticias, mano de obra barata, abuso del poder político, cultural, social y económico. Finalmente, las poblaciones más desposeídas tendrán que sobrevivir, sin educación, salud, vivienda, trabajo y sin derecho a la recreación. Pues seguirán caminando sobre el brillo de las calles grises sobrevaloradas cuerpos dóciles y mentes obedientes. 

Corresponde entonces a la casa de estudios superiores del pueblo de Guatemala “La Universidad Autónoma de San Carlos de Guatemala” hoy que atraviesa por un proceso de elecciones para Rector, que no ha variado mucho de las elecciones para gobernantes del país, plagada de trafico de influencias, acarreo de estudiantes, fiestas, tamales, traguitos y uno que otro banquetito. ¿Quién ganará? Su reto será hacer de la gestión educativa superior un arte, evitando servir más a los grupos de poder incrustados que solo se sirven de intereses particulares, que a las aspiraciones de la comunidad universitaria y por ende de la sociedad misma. 

Para ello es importante responder a las siguientes dudas metodológicas: ¿Qué agenda de interés será atendida para la sociedad en general y en especial a los pueblos originarios? ¿Cómo combatir la corrupción que ha penetrado en la gestión de la educación superior y sus dependencias? ¿Cuál será el posicionamiento ideológico y epistémico ante la problemática nacional que evite la complacencia y abuso de poder con la población en general? ¿Cómo democratizará la universidad para la participación de las escuelas no facultativas y centros universitarios, dejando de manipular la democracia representativa?

“Cuando teníamos todas las respuestas cambiaron las preguntas” 

Indígenas Aymaras.