En los últimos años el debate académico y político ha tenido un corrimiento desde la escolarización hacia la calidad de la enseñanza en los Sistemas Educativos Públicos y privados, en el que concurren multitud de intereses políticos, sociales, éticos, ideológicos y económicos fundamentados en el discurso de la globalización, el mercantilismo y la competitividad con el fin de alcanzar la mayor eficiencia dentro de la “aldea global” en donde impera la lógica del mercado influenciando todos los ámbitos de la vida ciudadana, el trabajo, el consumo, la política, la educación y hasta el mundo de las relaciones humanas (Pérez Gómez, 2008)
Para Fernández Sierra (2008) el concepto de calidad es una traspolación del mercantilismo, planteado como algo atractivo, valioso deseable para desarrollar su máximo potencial competitivo a través de diferentes estrategias que permitan atraer y satisfacer al cliente interno y externo, lo que convierte a la escuela en una empresa educativa de oferta y demanda, pero la calidad más que de concepciones educativas se está reinterpretando de las concepciones económicas, políticas y sociales proveniente de las marañas globalizadas, mercantilista, competitiva y capitalista.
Desde esta óptica son los niños y las niñas quienes conformar el grueso ejército, de clientes externos, consumidores potenciales de los servicios de educación que intentan satisfacer sus gustos, necesidades e intereses, en este contexto decir calidad de la enseñanza también implica hacer un diagnóstico sobre quienes merecen estar abajo según el reclutamiento escolar y quien merece estar arriba, como necesidad que plantea la fracción de la inteligencia para no sentirse confundida o verse dispersa, es un instrumento de dominio, posición e intereses de aquellos que vis a vis la educación significa la fuerza tanto en el mercado laboral como en la identidad social y en la arena de la alta gestión política.
Por lo tanto los profesores, las profesoras, directores, directoras y administradores educativos conformarían el conglomerado de clientes internos, sometidos a las prácticas del sistema perverso que los convierte en meros operarios, en una pieza más de la maquinaria, cuyo papel está determinado por los planes (manuales) preestablecidos y que no responden a las necesidades del medio, escondiendo intenciones de darwinismo social que utiliza a la educación como elemento selector y discriminador (Fernández Sierra, 2008)
Entonces ¿Qué es calidad en materia de enseñanza? es una entelequia metafísica (Lerena 1989) constituye uno de los puntales de la plataforma de pensamiento, percepción y acción de las clases dominantes, que se sustenta en las categorías del esencialismo y el biologismo a través de: naturaleza-ser-sustancia, además se entrelaza con las categorías mentales de: desigualdad-diferencia-distinción-jerarquización, como parte de la división de clases y grupos, se asocia también inequívocamente con los términos de excelencia-valía-dignidad-nobleza, es una autopresentación de los representantes del ethos, finalmente connota las ideas claras de preeminencia necesaria, lógico ascendiente, liderazgo natural y autoridad legítima de la división de la sociedad y de la dominación.
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