Por Fernando Castellanos |
Luego de 19 años de servicio el traumatólogo quetzalteco, Guillermo Méndez, dice adiós al Hospital Nacional de San Marcos.
Caminaba como en cámara lenta y sonreía para evitar las lágrimas, mientras estrellitas y globos iluminaban su camino por los pasillos del lugar en donde por casi dos décadas brindó sus mejores años de vida y de servicio a la población, así despidió el personal del Hospital Nacional de San Marcos al querido traumatólogo Méndez.
Los aplausos y gritos de: «¡lo queremos doctor Méndez!», fueron casi ensordecedores. El confeti y los carteles con diseños de huesos, en el que le mostraban aprecio y admiración, también abundaron en manos de médicos y personal de enfermería.
Fueron momentos de gran emoción para el traumatólogo, quien junto con su esposa sonrió, lloró y abrazó a los presentes, a quienes agradeció las muestras de cariño. Las lágrimas fueron inevitables, pues por 19 años trabajó incansablemente para la población marquense como jefe de traumatología y ortopedia en el Hospital Nacional de San Marcos «Dr. Moisés Villagrán Mazariegos».
«Sabía que llegaría el momento de irme, todavía me hacía falta, pero por situaciones de fuerza mayor me tengo que ir. A Dios gracias no me voy peleando con nadie. Son 19 años que he trabajado acá y siento que de alguna forma he colaborado con todo Occidente. Agradezco a todos porque siempre me tuvieron confianza, desde el conserje hasta la dirección, siempre traté de atenderlos como se lo merecían», expresó Méndez.
El traumatólogo también indico que «si algo tengo es que me gusta servir y apoyar al que lo necesita y donde quiera que esté trataré de ayudar con humildad y sencillez, pero sobre todo con mucha dedicación», finalizó.
«En nombre de todo el personal queremos agradecer al doctor por todos esos años de servicio que le brindó a la institución y especialmente a los pacientes. Nos sentimos agradecidos por su ardua labor y en esta nueva etapa de la vida le pedimos que recuerde al hospital. Se lleva un pedacito del corazón de cada uno de los trabajadores», expresó Enrique Escobar.
Por su lado, Fiby López, esposa del médico indicó sentirse «contenta porque se va, pero al mismo tiempo triste. De manera especial les agradezco por el aprecio, cariño y confianza que le tuvieron a mi esposo», finalizó.
