Cómo entender el populismo cuando se refiere que “es una tendencia política que dice defender los intereses y las aspiraciones del pueblo”, esto es precisamente lo que buscan los políticos cuando llegan al poder, tratando de engañar a la población de que trabajan para ella,  es la demagogia que utilizan los gobernantes, en los informes  que dan cada año divulgando logros que alcanzaron en un año, cuando la misma población sabe que no es cierto, las condiciones en que se encuentra gran arte de la población que trabaja desde que amanece y terminan cuando entra la noche, de esto no menciona los mensajes que son palabras que se las lleva el viento o como el agua de un río que no regresa.

Que podemos decir de los trabajadores que no encuentran un puesto de trabajo en este país y se marcha en caravanas con miles de otros países centroamericanos en busca de una fuente laboral y solo para quedar parados frente a la valla que tiene la frontera del norte de México, mientras los gobernantes se llenan la boca de que firman plazas laborales para que los trabajadores sean ubicados en otros países, esto es el populismo de que trabajan para los que tienen necesidades, pero en el informe no menciona que aprobaron incremento de salarios de forma diferencial, ahora los del interior del país se marcharan en caravanas a buscar trabajo a la capital porque allá el salario mínimo es más alto que en su pueblo.

Cómo vamos a entender los logros del gobierno cuando ha sido un fracaso en  la administración pública, porque se logro copar a las instituciones del Estado, se destruyó el estado de derecho, la población quedo al margen de la justicia, el ente investigador quedo en peores condiciones, se expulsó y criminalizo a los investigadores que se vieron en la necesidad de autoexiliarse para no ser enjuiciados como si fueran juzgados en tribunales de fuero especial, sin derecho a defensa, como que regresamos en los tiempos del militarismo cuando eran los todo poderosos, los jueces fueron expulsados de sus cargos, hoy la justicia esta en el camino de la amargura, algo impensable hace cuatro años.

Los políticos que fueron capturados juzgados y sometidos a los tribunales de Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero ya regresaron y la justicia de nuestro país los deja libres como angelitos de primera comunión, mientras los operadores de justicia que trabajaron honestamente se vieron obligados a dejar su trabajo por amenazas de una institución de militares que presiona al gobierno y a los tribunales para accionar en contra de los jueces, actúan como juez y parte, mientras que los delincuentes de cuello blanco salieron airosos, quienes desmantelaron las arcas nacionales solo les pidieron una cuota risible como caución económica, pero que endeudaron al país, dejándolo más pobre.

Este es el país que se está heredando a las nuevas generaciones, qué futuro les puede esperar en un país que les niega todo, los jóvenes que se gradúan no encuentran trabajo y se ven en la necesidad de marcharse, el país no aprovecha a los jóvenes como bono demográfico, porque  el porcentaje de población joven es muy alto en Guatemala, las universidades no les ofrecen carreras innovadoras que cambien la estructura de este país, en su mayoría todas imparten las mismas carreras sin innovar nada, sino es una competencia entre estas instituciones de educación superior, las Maestrías y Doctorados no llenan el vacío de una mejor opción para el desarrollo del país.

Ahora que vamos en camino a un proceso electoral las expectativas no son las mejores opciones, hace días se dio una presentación del Tribunal Supremo Electoral ante el cuerpo diplomático sobre el proceso electoral, esto es el populismo porque se pretende mostrar que todo el proceso será limpio, esto no cambia nada, porque los candidatos ya solo están esperando que den el banderazo de salida para lanzarse como fieras al ruedo, ninguno de los candidatos reúne las condiciones que cambien las estructuras podridas de la politiquería de los partidos políticos, por eso el populismo no se puede arrancar de tajo porque es parte del juego que se repite cada cuatro años en un país subdesarrollado.