Desde hace algunos años que el juego político de Relaciones Exteriores de Guatemala viene jugando como prueba y error sin tener la solvencia necesaria sobre los hechos que cometen los funcionarios, afectando las relaciones con otros países inclusive sin ver la tendencia ideológica que hace años se tenía bien claro cuál era, hoy estas relaciones no tienen un rumbo claro, ya que se mueven como una veleta que gira por el sentido del viento, se recuerda la tensión que se tuvo cuando el gobierno del comediante Morales expulso a la CICIG, la canciller de relaciones exteriores fue a las Naciones Unidas para pedir que ya no querían que funcionara la entidad anticorrupción por afectar sus intereses.
En estos cargos públicos a los que nombraban eran funcionarios de carrera no eran jalados como hacen ahora, por eso se comenten muchos errores, consideramos que el país ha caído en una debacle a nivel de relaciones exteriores, por eso cuando los funcionarios terminan su periodo se refugian en el parlamento Centroamericano que solo es un elefante blanco que no produce nada, es un paraíso para los funcionarios corruptos, ya que se amparan para no ser sometidos a los tribunales, que es, donde deben rendir cuentas, en los países asiáticos son encarcelados y algunos hasta se suicidan para no ser procesados en los tribunales, pero en nuestro país que tiene muy poca memoria los vuelven a reelegir.
Veamos el caso de una familia rusa que le han dado mucho poder, ahora hasta una institución terrorista de veteranos paramilitares los protege, en dónde quedó la lucha de 36 años que dejaron miles de muertes por cuestiones ideológicas de la guerra fría, los funcionarios de ahora dejaron todo tirado y se abrazan con los rusos, hasta su DPI les dieron por parte de una orden de la todopoderosa Corte de Constitucionalidad, hasta dónde hemos caído, en la explotación de níquel lo mismo se autorizó a empresarios rusos para que saquen el mineral en bruto que se cargan hasta la tierra en bloque, llevándose otros minerales como el uranio que es un mineral muy apetecido en el mundo por su valor.
Uno de los errores diplomáticos que cometió el actual presidente fue ir a Venezuela disfrazado con otra nacionalidad. allí comenzaron los errores, porque quiso entrar a ese país con otra careta entrometiéndose en asuntos internos de ese país y lo expulsaron, grueso error, desde allí empezamos mal con el gobierno que tenemos actualmente, otro de los casos cuando comenzaron los problemas con los integrantes de la misma institución EXCICIG al quererlos someter a los tribunales y por eso se fueron al autoexilio, el gobierno de los Estados Unidos recomendó no tomar en cuenta a la fiscal y la reeligieron como jefa y los resultados se ven a la vista, la institución copada y capturando a exfuncionarios de CICIG.
Hace unos días el funcionario que trabaja como jefe de la fiscalía anunció que el exjefe de CICIG Iván Velásquez Gómez, tenía orden de captura, el señor ex jefe de CICIG ocupa el cargo de Ministro de la defensa en el gobierno del presidente Gustavo Petro de Colombia, es un funcionario de altos kilates, cuando estuvo en su país llevo a la cárcel a varios diputados mafiosos, por eso fue seleccionado por las Naciones Unidas para dirigir este ente en Guatemala, lo mismo hizo llevo a expresidentes y su equipo de mafiosos a la cárcel, diputados, empresarios, quienes tenían copado todas las instituciones del Estado, su trabajo fue excelente, pero las mismas corrientes confabularon para sacar del país a la CICIG.
El mismo presidente de Colombia dijo desde Europa que ellos protegerían a Iván Velásquez, “porque en Guatemala los corruptos quieren meter a la cárcel a los buenos funcionarios y los buenos son perseguidos por la justicia corrupta y que nada tenían que hacer en este país”, lo que deja un mal mensaje de cómo ven en el extranjero a Guatemala que ha caído en un bache de corrupción, el gobierno respondió con el hígado diciendo que el presidente de Colombia era un “Guerrillero” como si con esto lo insultarían, el proceso político y la población de ese país tienen la mente más abierta, donde participan y gobiernan otras corrientes ideológicas, mientras aquí sigue la derecha retrograda y recalcitrante.
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