“Todos necesitamos un puente”

Freeman J.D.

SI CADA ÉPOCA EN LA HISTORIA HA REQUERIDO DE UN TIPO DE PEDAGOGÍA O UNA ESCUELA DE PENSAMIENTO, ¿QUÉ TIPO DE PEDAGOGÍA Y PENSAMIENTO REQUIERE LOS TIEMPOS ACTUALES?

Es oportuno e importante marcar las diferencias pedagógicas entre las escuelas tradicionales y las escuelas activas. Mientras que en la escuela tradicional prima el aprendizaje memorístico, en la escuela activa se imparte un aprendizaje comprensivo, crítico y multidisciplinar. 

En la primera, la relación entre maestro y alumno es de autoridad y pasiva recepción de conocimientos, respectivamente. Sin embargo, en la escuela activa, se plantea el aprendizaje a partir de las necesidades e intereses del estudiante, siendo el maestro un acompañante participativo en la construcción del conocimiento.

Nosotros los educadores somos quienes tenemos confianza y creemos en el “Ser Humano”, pues sabemos que es un ser convocado para poseer conocimiento, al disfrute de la belleza y a la comunión de un aprendizaje en el amor. Permitiéndole salir de sí mismo, abrirse a la otredad y al mundo en general. 

En esta convocatoria ontológica se deben de considerar dos características importantes a) la educación es una práctica humana que compromete, ética y moralmente a quien la realiza y b) como práctica social que están más allá de los intereses individuales de quienes la ejercen, considerando el entorno social, cultural, económico y político. (Lobrot. 1974 y Pérez 1983)

El abordaje de este tema es relevante en función de establecer que la educación es un proceso muy complejo, en el cual mientras más nos adentramos en ello, más nos adentramos en la incertidumbre, para la escuela es importante considerar que las necesidades del estudiantado en la actualidad son diferentes a épocas anteriores, el proceso de aprendizaje en todos los niveles educativos pre primaria, primaria,  básico, diversificado y universitario ha cambiado muy poco y no se acopla a las necesidades actuales del contexto mundial. 

Se hace necesario cambiar las aulas con barrotes por foros abiertos de debate y negociación de concepciones y representaciones de la realidad, no puede ser nunca un lugar de imposición de la cultura dominante la cual no configura y orienta la práctica del sujeto.  Es trascendental partir de los conocimientos previos del estudiante, los cuales se deben de confrontarse con la teoría para luego reconstruirlos a través de una nueva teoría. Es reconstruir el pensamiento y la acción del estudiantado.

El papel del profesorado es facilitar la participación en el foro de intercambios simbólicos en el aula; ofrecer instrumentos culturales de mayor experiencia explicativa, que enriquezca el debate y provocar la reflexión sobre los mismos intercambios y sus consecuencias para el conocimiento y para la acción.

Frente a los nuevos espacios de formación e innovación que se abren hoy, la escuela más que aleccionadora, debe ser gestora del conocimiento y el profesor más que un transmisor de conocimientos debe ser un animador “un amigo del conocimiento” Sócrates.