El Ser humano desde diferentes dogmas, culturas, religión y espiritualidad, al inicio de un nuevo ciclo de vida, su anhelo ha sido buscar una mejor forma de convivir con sus congéneres, de transformar todo aquello que no pudo realizar el año anterior, prometiéndose cumplir sus objetivos y metas que han quedado en el tintero.
Sus deseos están en función de su familia, comunidad, municipio, departamento y país, sus deseos son transformar sus relaciones de en todos los ámbitos prometiendo cumplir con el día a día, conduciendo su que hacer laboral, profesional, cultural, económico, político, entre otros, buscando el camino que pueda conducir a la justicia, bondad, libertad, verdad, amor y plenitud de vida.
Sin embargo, el cambio hacia mejores condiciones de vida de la población está en función del uso adecuado del heraldo público, realizando inversiones que mejoren la educación en todos sus niveles educativos, salud preventiva y correctiva, brindado vivienda digna, productos accesibles en la canasta básica, erradicando la violencia en toda su plenitud, la miseria, el hambre, el trabajo infantil y el desarraigo.
En realidad, podemos decir que lo anterior es un espejismo ante la encrucijada que vive la humanidad, niños muriendo por hambre y miseria, los abuelos y abuelas trabajando para llevar el pan a la mesa pues viven sin pensión o la misma no les alcanza para sobrevivir, la falta de trabajo mina a las familias, la juventud y adultos no logran desarrollar su potencial por falta de oportunidades laborales.
El futuro se encuentra plagado de mentiras y promesas hechas por los gobernantes que han jugado con los sueños de la población, mientras se llenan los bolsillos y acumulan bienes materiales, incrementando sus haberes más y más como drogadictos que aumentan su dosis para vivir su soberbia sobre la población que confió en sus falacias.
Está claro, que quienes les va muy bien hoy en día, no se encuentren en condiciones de cambiar las reglas del juego, a sabiendas que esto mantiene al resto de la población cautiva de las condiciones mínimas, injusticias, explotación, crisis económica, social y personal, ya que, esto le permite tener la cartera llena para adquirir bienes y servicios de calidad que solo se pueden obtener si se pueden pagar.
La crisis que nos rodea creada por la Pandemia, solo develo las grandes desigualdades en que vivimos, desnudando la verdadera intensión de estamentos poderosos que por muchos siglos han prevalecido, hoy se ha acrecentado la desigualdad, pero sobre todo se incrementó el nivel de pobreza y extrema pobreza. Lo que ha conducido a la humanidad a un suicidio escatológico.
Quizás nuestra humanidad debe repensar: ¿porqué estamos aquí? ¿qué debemos hacer para salvar nuestro universo? ¿quiénes deben conducir nuestro país? ¿cómo contribuir a realizar el cambio? ¿qué forma de vida debemos de impulsar en nuestro familia, comunidad, municipio y país? ¿qué hacer para evitar nuestra autodestrucción como humanidad?
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