¡Dejamos la vida en los vehículos!
La locomoción es una necesidad básica para el desenvolvimiento de nuestras actividades diarias como seres humanos. Sin embargo, se ha convertido en un obstáculo, el hacer uso de un medio de transporte como un automóvil e incluso hoy día con las motocicletas, que significa alargar el tiempo de llegada hasta nuestro destino final, e incrementar los costos de su uso (del transporte) de una manera exorbitante. Un trayecto que debería tomar 10 minutos, se convierte en horas de colas con el consecuente desgaste de motor, de combustible, sin tomar en cuenta el tiempo perdido para los tripulantes y acompañantes del automotor.
Ahora, hablemos del estrés, el mal humor, las llegadas tarde que esto representa para la población en general. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social -IGSS- identificó tres tipos de estrés causados por el tiempo que las personas permanecen en el tráfico vehicular. Entre los padecimientos provocados por este tipo de estrés están el dolor de cabeza, la tensión muscular y molestias gastrointestinales. El galeno explica que, para conservar la salud mental, lo recomendable es no conducir vehículo por más de 6 horas al día; cosa que es imposible hoy en día, debido al mal estado de las carreteras mediante los derrumbes a causa de lluvias y la no planificación de las municipalidades para atender estas contingencias climatológicas. El Ministerio de Comunicaciones, porque es inoperante, ineficiente e inexistente su actuar; al darnos carreteras fallidas que representan un peligro para quienes las usamos. El mal estado de las carreteras en todo el país son un desencadenante del excesivo tráfico, pero la causa raíz, es la falta de un medio de transporte masivo, que brinde seguridad al usuario, efectivo y rápido; tal como sucede en las grandes urbes a nivel mundial. Porque, tal es el caso de New York, Ciudad de México, Bogotá, Londres, Madrid, Múnich; por mencionar algunas… en las cuales los ciudadanos no usan vehículos particulares, debido al excelente transporte público que les permite hacer sus actividades cotidianas con normalidad sin alterar su día a día, ni verse obligados a invertir en un carro o moto particular.
Una opción para nuestro país sería, que todos los medios de transporte público trabajen en conjunto para implementar un sistema integral de prepago funcional. Los usuarios tendrían la posibilidad de comprar sus boletos en cajeros automáticos en las estaciones de abordaje o en línea con tarjeta de débito o crédito. Lo único que controlaría el personal de servicio en las unidades sería la validez del boleto.
El usuario podría viajar dentro del perímetro de la ciudad en un período de tiempo establecido (por ejemplo, una hora) con el “city-ticket”, sin importar si necesita dos buses articulados y un tranvía para llegar a su destino. Además, las personas que utilizan el transporte público para dirigirse al trabajo podrían comprar un ticket mensual o anual por un precio menor al precio regular.
El abastecimiento, operación y mantenimiento de las unidades de transporte (Tranvía y buses articulados) puede ser contratado con base en una licitación pública internacional con lineamientos y especificaciones claras y detalladas. Quien presta el servicio está obligado a mantener las unidades en un estado funcional y seguro durante toda la duración del contrato que debería tener una duración limitada, por ejemplo, de 10 años.
La adquisición de la infraestructura, el cumplimiento de las obligaciones del Estado y la coordinación de las municipalidades se puede hacer a través de una nueva institución estatal creada para este propósito: la Empresa Nacional de Transporte. Ésta podría delegar ciertas funciones a las municipalidades, pero la reglamentación del servicio y la planificación de nuevas rutas seguiría siendo su responsabilidad.
Transportarnos de nuestra vivienda hasta nuestro lugar de trabajo, las escuelas, colegios, universidades y diversas; es imprescindible y el estado debe organizarse para garantizarnos los accesos mediante la obligación de pagar nuestros impuestos en tiempo. ¿Pero qué pasa en Guatemala?
La situación vial en la ciudad de Guatemala es insostenible y tendrá como consecuencia lógica la restricción vehicular de una u otra forma en el mediano plazo. La implementación de proyectos cortoplacistas y populistas no solucionan el problema, únicamente pretenden generar un sentimiento de alivio en la población. El costo del tiempo perdido de todos los guatemaltecos en el tráfico (600 horas x 3 millones de personas) es inimaginable y representa un obstáculo inmenso para el desarrollo del país.
Las soluciones para el tránsito en nuestro país, contrario al que pensamos muchos, es apostarle a la inversión en transporte de punta mediante la implementación de metros subterráneos para las principales ciudades del país, buses renovados con sistemas de cobro inteligente, paradas de buses con horarios fijos y establecidos para que los usuarios no pierdan el tiempo esperándolos en vano y que se vean perjudicados en sus actividades diarias. Y que el Ministerio de Gobernación trabaje eficazmente, brindándole seguridad a la población para que no teman de subirse y que sean víctimas de asalto o, en el peor de los casos, de delitos sexuales. Guatemala tiene potenciales para permitirle a su gente, un desarrollo integral y salir del subdesarrollo; es imprescindible que, si leen esto algunos de los posibles candidatos a puestos de oposición para el próximo año, incluyan la movilidad y transporte en sus planes de gobierno.
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