Si entendemos que la educación es un bien público por excelencia, los asuntos de su incumbencia tienen que ser de interés público (de todos y todas); este interés se manifiesta en la capacidad de la sociedad para deliberar sobre ello.
Es importante señalar que no toda la sociedad tiene claro la importancia de la educación y la necesidad de convertirla en un asunto de todos y todas, para explicar esto existen dos razones: una es que las elites decidieron desde hace varias décadas resolver el problema de la educación de sus hijos a través de la educación privada; esto lleva a que no les interese, a que no se comprometan con la educación pública. Y segundo todavía existen amplias franjas populares que no encuentran en la educación una opción que les sirva para construir un proyecto de sociedad, entonces esas zonas tampoco le dan relevancia a la educación y consideren que es un medio de enseñanza solo para aprender a leer y a escribir, para una alfabetización básica.
La escuela y universidad pública requiere de una renovación del presupuesto para cambiar el acceso al conocimiento no a través de monitores los cuales quedan obsoletos en términos tangibles. Los nuevos presupuestos deben de ir encaminados a educar al estudiantado de tal forma que la población en general tenga acceso a una verdadera educación. (Sacristán, 2008)
Se debe crear un compromiso de Nación por el mejoramiento de la educación mediante el análisis y la discusión pública que permita desarrollar por parte del Estado y sus gobernantes la construcción de: políticas públicas, políticas educativas, políticas curriculares, planes, programas y proyectos nacionales y locales de educación, adecuadamente financiados y que den solución a los problemas que actualmente tienen los sistemas educativos Latinoamericanos.
La sociedad debe de intervenir y participar en la reconstrucción del Sistema Educativo Nacional Público incorporando: a) un contexto real a los contenidos b) un Sistema Educativo cercano al ciudadano y ciudadana, que contribuyan al propósito nacional de mejorar la enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, se debe tener presente que la escuela debe repensarse. (Sacristán 2008)
“Las escuelas no deben ser el objetivo para cambiar, ni los profesores un instrumento para llevarlo a cabo. Como núcleos para el cambio educativo, los centros escolares deben ser centros de innovación, investigación y desarrollo curricular. Sólo de este modo el desarrollo interno de los centros puede ser un camino que permita reconstruir seriamente nuestros centros y educación”.
Escudero y Bolívar (1994)
La escuela que tenemos hoy, graduada, con currículum uniforme, competencias y dividido por años, es la creación de la época moderna, en la cual la universalización de la educación produjo la necesidad de incorporar masivamente a una gran cantidad de [email protected], quienes tuvieron que ser clasificados para poder ser atendidos. Este tipo de Sistema Educativo cumplió en su momento, el objetivo de socializar a niñ@s, jóvenes y señoritas, así como adultos homogenizando su educación, a fin de que lograran compartir los modos de pensamiento, comportamiento y de sentimiento de la sociedad de consumo, marcada por el mercado, la oferta y la demanda.
Será posible continuar sosteniendo actualmente este Sistema Educativo, producto de la homogenización institucionalizada por el Sistema Político y Administrativo, en palabras de Sacristán (2000) la homogeneidad intenta “cubrir o tapar” las diferencias creando así situaciones de desigualdad, cuando la diversidad se utiliza para clasificar, segregar, seleccionar, marginar, mantener privilegios económicos y estructurales de poder.
Maya K»iché, doctor en educación, investigador, docente universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Centro Universitario de Sur Occidente, docente de maestrías del Centro Universitario de San Marcos, del Centro Universitario de Occidente y de la Facultad de Humanidades del Campus de Quetzaltenango de la Universidad Mariano Gálvez.