La inmadurez en el arte de gobernar de las clases políticas en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (LAC) tiene como resultado sociedades pobres, injustas, desiguales, desconfiadas, inseguras y sobre todo carentes de esperanza.
Quienes gobiernan y emiten leyes sin visión de futuro, se limitan a generar políticas públicas pasajeras de acuerdo con sus conveniencias dejando de lado a las reales necesidades históricas que son la causa de los fracasos de sus gobiernos.
Los políticos deben de gobernar dejando de lado sus políticas públicas pasajeras para generar “políticas de estado” a través de un conjunto de acciones que formen parte de las estrategias centrales de un país al margen de los colores partidistas ideológicos de cada gobierno y que sea el sustento para mejores condiciones de vida, salud, empleo, oportunidades, educación, cultura, justicia, etc. de sus habitantes.
La necesidad de acuerdos mínimos políticos entre quienes gobiernan, la oposición y la sociedad civil y fijar las prioridades para el ejercicio de la actividad del Estado bajo elementos comunes -sin clientelismo político- ayudaría a devolver la confianza en los electores en que su poder soberano es recompensado con auténticas políticas de estado.
La mayoría de los países de LAC tienen los mismos problemas en común. Se trata de voluntad política de sus clases políticas para generar políticas de estado que ayuden el crecimiento sostenible que reduzcan la desigualdad de ingresos y garanticen a igualdad de oportunidades para el desarrollo, incluyendo ingreso, alimentación y empleo; así como fortalecer esfuerzos para alcanzar sus propias metas y los objetivos mundiales para erradicar la pobreza extrema y el hambre; promover el ingreso y acceso en las instituciones de educación en todos los niveles y con especial atención en las mujeres y las personas jóvenes que viven en pobreza y en situaciones de vulnerabilidad donde son excluidos y discriminados por su misma condición económica y social.
Se necesitan políticas de estado con programas educativos hacia el desarrollo integral de que incluyan educación intercultural, cívica y para la paz, solidaridad, formación en derechos humanos, formación para el desarrollo sustentable, educación integral sobre la sexualidad humana, promoción de la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como la formulación de competencias y condiciones para la empleabilidad, tomando en consideración las necesidades del contexto local; etc.
Deben de generarse políticas de estado para promover y garantizar la salud física y mental garantizando el acceso a la salud sin discriminación e incrementar la calidad y cobertura de los sistemas de salud y servicios de atención a la salud; para garantizar el derecho y acceso al trabajo como una prioridad de los marcos de desarrollo nacional y de las políticas de empleo con medidas enfocadas a promover el empleo digno con condiciones de trabajo justas y favorables, incluyendo remuneración justa y seguridad social, libertad de asociación y adoptar medidas para combatir la explotación, cumpliendo con los instrumentos internacionales pertinentes.
En LAC se necesitan políticas de estado para por lo menos aspirar a cumplir en parte con el bien común de sus habitantes. No aspiremos por ahora a tener estados de bienestar como en gran parte de Europa donde al margen de las ideologías de sus gobiernos, los derechos garantizados a través de sus políticas de estado son iguales para todos.
Si queremos la transformación de LAC y revertir las cifras trágicas de pobreza y extrema pobreza y todo lo que ello implica, es fundamental la reconversión del comportamiento de sus clases políticas y que, en lugar de crear paliativos circunstanciales y convencionales, se centren en aquellas políticas de estado que puedan transformar a los estados.
Latinoamérica y el Caribe deben ser lo que siempre hemos anhelado, para que cuando las futuras generaciones hagan el balance de lo hecho por las actuales, encuentren finalmente la estatura adecuada de un compromiso firme y voluntad indoblegable de servir a los pueblos. Se necesitan reaccionar hoy, mañana será demasiado tarde.
Hasta la próxima semana.
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