La enseñanza es un fenómeno significativo que persigue un fin, formar o preformar personas. Su intención no sólo es la de producir conocimientos y habilidades a través de los contenidos (la materia) y la forma (forma didáctica) en el aula, también debe de considerarse el contexto. La enseñanza es un desencadenamiento de la fuerza formativa al servicio del devenir de la personalidad por medio de la explicación de la vida, es una actividad ordenada e intencional, debe trascender de lo estático a lo dinámico, utiliza la espontaneidad a fin de reducir la complejidad de la realidad, promulga la transparencia, busca la representación sencilla de los factores.
La enseñanza apuesta por un aprendizaje auténtico conformado por un conjunto de experiencias concretas de carácter reflexivo, por lo que proyecta, orienta y dirige al estudiantado hacia el trabajo concreto sobre datos reales o de la vida cultural de la humanidad, que pueda explicar con sus propias palabras, en situaciones de aplicación apropiadas dentro y fuera de la escuela, que les permita ser más libres y vivir mejor. (Bereiter y Scardamalia, 1987; Brophy, 1989; Glaser, 1984; Prawat, 1989; Resnick, 1987 & Nieves, 2007)
La dirección técnica del proceso del aprendizaje le corresponde a la enseñanza, pues establece los medios adecuados y eficaces que orientan la intencionalidad educativa que se debate en la comunidad y en el aula. (Pérez, 2007). La misma facilita y promueve aquellas actividades que permitan a los estudiantes realizar esas tareas que, previsiblemente, los llevará a aprender. (Stenhouse, 1997)
La enseñanza se constituye en el desencadenamiento de la fuerza formativa (Itschner, 1923) a través de la explicación de la vida, se da primacía a las exigencias del alumnado para que actúe como sujeto y prepararlo para el trabajo independiente, para que vea los problemas por sí mismo, los resuelva dentro de sus límites y de esta manera adquiera paulatinamente una cantidad cada vez mayor de bienes culturales, sociales, políticos y económicos en forma prospectiva.
La enseñanza no es solo lo que sucede dentro del aula, sino trasciende el espacio concreto de lo que sucede en el exterior de ella, de allí que Contreras (1990) señale que “…podemos pensar la enseñanza como elaboración de estrategias para entender y acortar las distancias entre las condiciones de realidad y las aspiraciones educativas”
Por lo que el propósito de renovar la enseñanza está constituido por dar respuesta a los nuevos objetivos de la sociedad democrática, creando las condiciones para que el ser humano se sitúe satisfactoriamente en un mundo impregnado de procesos de comunicación masiva y de acelerados cambios tecnológicos que influyen en los y las discentes. Todo indica que la enseñanza renovada se orienta hacia las siguientes direcciones:
- Colocar al educando con la realidad, pues en ella tendrá que vivir y actuar, la enseñanza no puede ni debe permanecer alejada de la realidad, debe de vincularse con el medio en que convive el educando.
- Debe incrementarse la enseñanza integrada o sea la relación de todas las disciplinas y todas ellas al contexto, de esta manera se adquiere mayor significación y autenticidad.
- El conocimiento tiene que ser elaborado por el propio educando de ahí que los métodos y técnicas de enseñanza deban acentuar su actividad tomando como base las experiencias, comprobaciones, discusiones, debates, compilaciones, contactos con otras personas, deducciones, clasificaciones, análisis, concordancia, discordancia, opciones, opiniones, críticas y conclusiones.
- Desenvolver el espíritu crítico que permita discernir continuamente y de manera creciente nuevas situaciones de la vida ante el volumen intenso de ideologías cambiantes.
- Es necesario habituarlo al trabajo comunitario, para desarrollar el sentimiento del “nos” tan importante en el mundo moderno donde todas las iniciativas y empeños se efectivizan en el “yo” a través de las empresas.
- Estrechar los vínculos entre profesores y estudiantes de modo que la escuela se transforme en una comunidad, se exige la renovación del docente, lo ideal es que el profesor y profesora sean orientadores, facilitadores y tutores, abiertos al diálogo y que participen de sus problemas existenciales.
- La enseñanza debe de proporcionar las herramientas al alumnado para que aprenda a vivir y transferir lo aprendido en el aula como imperativo de supervivencia en la sociedad.
- La enseñanza debe desarrollar en el discente la actitud de investigador en su sector de actividades para entender la realidad y actuar en ella, facilitando el proceso de readaptación a la transformación constante del mundo a fin de que no se enquiste en patrones rígidos de comportamiento.
- La enseñanza es la encargada de formar al ciudadano y ciudadana que actúe y participe de forma diligente y responsable.
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