Uno de los problemas que vienen afrontando los países que necesitan importar la mayor parte de sus recursos para producir los bienes que satisfagan las necesidades de la población, se ven afectadas por el incremento de los precios, esto hace variar el proceso productivo y los satisfactores sociales que consume la población, lo que publico el gobierno el año pasado sobre el crecimiento del PIB, no tiene una sustentación económica cuando se  ven los altos índices de desempleo y el incremento de los precios de los productos, además no se refleja este crecimiento en la población, más bien es solo para las élites que ellos si disfrutan de una estabilidad económica, porque este incremento solo lo trasladan al consumidor final, que tiene que sobrevivir con los salarios mínimos que decretan con incrementos desactualizados de la realidad social.

En el primer año del Covid-19 los precios de los combustibles bajaron a nivel mundial, supuestamente por el confinamiento de la población, inclusive los de la OPEP, pensaron producir menos, la circulación de vehículos se redujo tanto que la producción de combustible bajo, ya en el año 2021 que la economía comenzó a reactivarse, los precios comenzaron a incrementarse nuevamente, en Guatemala sucede que, cuando el incremento de los combustibles se manifiesta solo con el anuncio de que a nivel mundial se incrementa, al otro día le suben el precio, pero cuando bajan esto lo hacen por centavos, esto contrasta con los salarios mínimos que se pagan en el sector privado, inclusive el sector privado organizado siempre se ponen reacios al incremento de salarios, ahora los combustibles han venido incrementándose y esto provoca que los salarios se reduzcan.

Estamos viendo cuál es la reacción de la población ahora que termina el subsidio que el gobierno decreto para el gas licuado, este regresa al precio que tenìa, esto ya se ve reflejado en el precio de las tortillas que consume la mayor parte de la población, el precio del pan popular subió de precio, si antes daban tres panes por un Quetzal, ahora ya solo dos están dando, mientras el Ministerio de Economía y la DIACO no explican este comportamiento del incremento de los precios, lo que estamos viendo es que comienza a manifestarse una espiral inflacionaria, que es una cadena compleja donde entran muchos factores, pero lo más importante es que los salarios se devalúan, esto crea condiciones de inestabilidad económica, solo con esto se visualiza la devaluación de la moneda,  el año pasado el gobierno puso a circular Q 20 millones de moneda sin respaldo productivo. 

Ante este panorama vemos que los salarios para actividades agrícolas  son de Q3,372.55, el de actividades no agrícolas Q3,459.24 y el de actividades de maquila de Q3,204.35, que incluye el bono de Q250.00, este salario es para familias de cinco miembros, pero que pasa con aquellas familias que tiene cuatro o seis hijos, más los dos padres, este es otro de los factores que fomenta la migración hacia el país del norte, porque en Guatemala no encuentran las condiciones para una vida digna, aquí no se toma en cuenta la canasta básica ampliada, que llega a más de Q8,000 donde se paga vivienda, vestido, educación, calzado, salud y además otros servicios como telefonía e internet que son los nuevos componentes de este rubro, el incremento de los combustibles se viene dando, y se toma de pretexto los conflictos de potencias mundiales, cuando son otros factores que nada que ver con nuestra realidad guatemalteca.