Como lo expresa Perrenoud (1990) si se imparte “la misma enseñanza a los alumnos cuyas posibilidades de aprendizaje son desiguales, sólo es posible que se mantengan las diferencias entre ellos y, acaso, que aumenten” y agrega “una pedagogía que trata igual a los que son desiguales es desigualadora y produce fracaso escolar”
Ante esta situación no podemos ser neutrales, pues nos llevaría únicamente a confirmar, aceptar y permitir la dominación del estatus quo, y si lo hacemos de forma pasiva, lo que es peor, porque no exigimos participar en la reconstrucción del futuro del aprendizaje- enseñanza. Por lo que el objetivo primordial del Sistema Educativo para la formación de ciudadanos y ciudadanas debe ser como señala Pérez Gómez (2008) “…es provocar la reconstrucción del conocimiento experiencial que cada individuo ha ido adquiriendo de forma empírica, ocasional, desorganizada y frecuentemente de modo acrítico e inconsciente, en los intercambios con la naturaleza, la cultura, las instituciones, las personas, y de modo muy singular con los medios de comunicación, a lo largo de su vida cotidiana”.
Por lo tanto, el papel de la enseñanza es provocar una visión liberadora, crítica que va más allá de dar recetas, que tenga como pilar la realidad social en donde hombres y mujeres puedan crear y recrear el mundo para transformarlo, social, política, cultural y económicamente.
Algunos principios orientadores de la escuela que necesitamos según la Red de Investigación y Renovación Escolar son los siguientes:
- Centrada en los estudiantes y en su desarrollo integral (corporal, intelectual, social, práctico, emocional y ético).
- Contenidos básicos vinculados a problemáticas relevantes de nuestro mundo, buscando la calidad frente a la cantidad, la integración de materias frente a la separación.
- Metodologías investigativas que promuevan aprendizajes concretos y funcionales, al mismo tiempo que capacidades generales como la de aprender a aprender. Donde el esfuerzo necesario para aprender tenga sentido.
- Recursos didácticos y organizativos modernos y variados. Una escuela que utilice de forma inteligente y crítica los medios tecnológicos de esta época.
- Formas de evaluación formativa y participativa que abarquen a todos los implicados (estudiantes, docentes, centros, familias y administración), que impulsen la motivación interna para mejorar y que contemplen a las personas en todas sus dimensiones.
- Docentes formados e identificados con su profesión. Mediadores críticos del conocimiento. Dispuestos al trabajo cooperativo y en red. Estimulados para la innovación y la investigación.
- Con una ratio razonable y con profesorado ayudante y en prácticas. Con momentos para diseñar, evaluar, formarse e investigar.
- Un ambiente acogedor, donde los tiempos, espacios y mobiliarios estimulen y respeten las necesidades y los ritmos de los menores.
- Cogestionada con autonomía por toda la comunidad educativa. Que promueva la corresponsabilidad del alumnado. Comprometida con el medio local y global.
- Auténticamente pública y laica. Con un marco legal mínimo basado en grandes finalidades y obtenido por un amplio consenso político y social.
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