¿Pueden “humanizar” las leyes del Derecho Internacional Humanitario (DIH) a los conflictos internacionales y a los no internacionales?
Cuando se cometen violaciones del DIH, los Estados tienen la obligación de enjuiciar a sus presuntos autores, ya sea a través de los tribunales nacionales o de los tribunales penales internacionales. Desde la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional ha promovido el desarrollo de un sistema de jurisdicciones internacionales, complementarias de los tribunales nacionales, a fin de encausar a los acusados de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Los conflictos armados siguen causando muerte, desplazamiento y sufrimiento que no solo afectan en los territorios en conflicto sino también cuyas consecuencias podrían extenderse al mundo entero.
Actualmente están activos numerosos conflictos armados en todo el mundo, ya sean los armados no internacionales que implican a partes beligerantes dentro de un solo Estado o los conflictos armados internacionales que implican a dos o más Estados. Las consecuencias la sufren millones de personas bajo muchas formas como la muerte de civiles y exponiendo a quienes logran sobrevivir a mutilaciones, torturas, violaciones, desaparición forzada y otros abusos graves, violando las leyes del DIH.
La guerra entre Rusia y Ucrania está provocando una movilización internacional como pocas en las últimas décadas. Sin embargo, hay otras guerras donde las grandes potencias mundiales, la comunidad internacional y la mayoría de los medios de prensa no le prestan la atención ni generan movilizaciones en favor de la paz. ¿Acaso las vidas en estos lugares no cuentan?
Hay un conflicto en Yemen que lleva activo más de 10 años. Las cifras son impactantes: más de 240.000 muertos y 2,3 millones de niños con desnutrición aguda, falta agua potable y atención médica para la población. Naciones Unidas clasifica a Yemen como la peor situación humanitaria del mundo, donde 5 millones están al borde de la hambruna y casi 50.000 ya están experimentando condiciones similares a las de la hambruna, cuatro millones huyeron de sus hogares y más de 20,7 millones (71% de la población del país) necesitan algún tipo de asistencia humanitaria o protección para su supervivencia. En ese conflicto intervienen también Irán y Arabia Saudita y en los últimos días hay una tregua para ver si las partes llegan a algún acuerdo.
Por otro lado, las protestas en Myanmar después del golpe de estado de febrero de 2021 han llegado al punto de la guerra civil, donde los activistas de la oposición formaron una campaña incitando a la desobediencia civil, con huelgas y protestas masivas contra el golpe. El conflicto en Siria ha dejado ya más de 380.000 muertos, arrasó ciudades e involucró a otros países. Más de 200.000 personas están desaparecidas y se presume que también murieron. Potencias extranjeras como Rusia, EE. UU., Reino Unido y Francia comenzaron a tomar partido, enviando dinero, armas y combatientes, y a medida que el caos empeoraba, organizaciones extremistas yihadistas con sus propias agendas, como el grupo EI y al Qaeda también están involucrados. También hay conflicto en Mozambique, Afganistán, Irak, etc. ¿Finalmente, hasta cuando se tolerará las matanzas de las fuerzas israelitas en contra palestinos civiles y niños sin que exista una condena internacional? Las normas de DIH se quedaron en papeles.
Estamos viviendo tiempos complicados. La pandemia ha matado a millones de personas, los conflictos hacen lo mismo, la mayoría de los gobiernos siguen en crisis políticas; y, los liderazgos internacionales siguen de observadores y emitiendo proclamas políticas mientras la humanidad va en camino a su autodestrucción.
Hasta la próxima semana.
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