Seguridad Alimentaria y Nutricional –SAN-, es la condición mínima que debería tener la población para tener un desarrollo normal mediante una dieta balanceada y saludable de acuerdo a su condición de edad, de costumbres y de ser humano.
Para hablar de SAN en un país como Guatemala debe basarse en 3 ejes principales, acceso a alimentos de buena calidad, generación de empleo y promoción de la olla alimentaria nutricional.
La seguridad alimentaria y nutricional como “el derecho de toda persona a tener acceso físico, económico y social, oportuna y permanentemente, a una alimentación adecuada en cantidad y calidad, con pertinencia cultural, de preferencia de origen nacional”. Sin embargo, erróneamente se ha delegado al gobierno esa responsabilidad de dar alimentos a las familias como un paliativo, un donativo de campaña o placebo populista para pedir el voto de esas personas con condiciones alimentarias poco saludables sin atacar de raíz el problema alimenticio, cuando en realidad su mandato constitucional es desarrollar las condiciones necesarias para que los guatemaltecos tengan acceso a condiciones de trabajo que permitan la compra de esos alimentos que garanticen un plato de comida en la mesa de sus hijos. Lo más triste es que el resultado ha sido un efecto nulo en la solución del problema, que ha dado pie a la creación de un desorden súper desordenado en un régimen que ha instituido más de 14 instituciones que hacen una “MITOSAN” (COMUSAN, CODESAN, SESAN, MAGA, MSPAS, MIDES, MINEDUC) el mito de quién es realmente de la seguridad alimentaria y nutricional del país) que tienen como objetivo estandarizar reuniones periódicas que no fortalecen para nada la alimentación de los sectores más vulnerables del país, no brindan soluciones a los problemas de mal nutrición existentes y tampoco crean oportunidades para esas comunidades a las que los gobiernos conocieron solo en campaña cuando se pusieron el traje regional del lugar y les tomaron la foto abrazándolos con promesas de cambios sustanciales a sus necesidades.
El supuesto presupuesto de las MITOSAN debería ser destinado a crear oportunidades de generación de empleo a las MIPYMES, especialmente las del sector agrícola del país siendo estos la generación de materia prima y riqueza de Guatemala, lo cual contribuiría a hacer un combate frontal a la malnutrición del país, que según datos de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional –SESAN- Guatemala registró en las primeras 15 semanas de 2021 un total de 9.428 casos de desnutrición aguda, incluidos cinco menores fallecidos por el hambre.
Es preciso preguntarle al gobierno, ¿es importante para el Presidente de la República en el marco de la Gran Cruzada por la Nutrición 2020-2024 invertir en la generación de empleo que permita que los guatemaltecos accedan a todos los productos de la olla alimentaria que establece la SESAN deberían de ser los alimentos que la población adquiera para tener un día productivo y rendir en sus actividades?, o por el contrario ¿es más de la demagogia con la que pidió el voto y de la cual no ha querido salir para darse cuenta que ya no está en campaña y que debe trabajar por los más de 20 millones de guatemaltecos que necesitan un país con oportunidades para todos por igual?.
La desnutrición se combate con oportunidades no con acciones populistas cuyo resultado neto equivale a cero.
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