Para algunos han sido 11, para otros 12 o 13 años de preparación desde que a los 3 años pisaron un aula escolar agarrados de las manos de sus padres o para otros con alguno de los abuelitos. Cargando la mochila y la lonchera para aprender los colores, las vocales y disfrutar del recreo y empezar a conocer más niños de su edad, a tener contacto con las normas, la disciplina la responsabilidad y valores como el orden, la puntualidad y el respeto por sus compañeros y maestros.
Lo cierto es que desde que entraron al colegio o escuela, se preparaban para el bachillerato o alguna carrera de nivel diversificado que les permitiera obtener un primer título que les brinde la oportunidad de inscribirse en una universidad para desarrollar sus habilidades técnicas y demostrar la pasión por un área específica de las ciencias en su diversidad de opciones. El otro panorama es que muchos de esos estudiantes no podrán ingresar a un aula superior universitaria, porque deben incorporarse al mercado laboral y así apoyar a su familia con los gastos fijos del hogar. ¿Qué le ofrece Guatemala a esos 170 mil 929 jóvenes y señoritas graduandos para incorporarse al mercado laboral?
Este año el Ministerio de Educación –MINEDUC-, gradúa a 170 mil 929 jóvenes que se integrarán al mercado laboral, el cual ofrece pocas oportunidades, pero también exige competencias y habilidades que muchos de ellos no tienen y no porque no quieran, sino porque su paso por las aulas fue muy precaria y esa búsqueda se vuelve cuesta arriba.
Según información del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social -IGSS- el año pasado se crearon 131,651 empleos formales nuevos, sin embargo, se dio una baja de 119,131 empleos formales principalmente en el sector servicios y agricultura. Para Jorge Benavides, Investigador asociado del Consejo Privado de Competitividad –CPC-, “esto evidencia la falta de dinamismo del mercado laboral para albergar nuevos empleados, siendo la válvula de escape la informalidad en precariedad, y la migración como una opción cada vez más viable”.
La Fundación para el Desarrollo –FUNDESA- en el informe “Brechas de talento” del año 2018 indica que la mayor demanda laboral de Guatemala se da en las áreas de administración, ventas, contabilidad y finanzas, producción y operaciones.
ManpowerGroup elaboró la encuesta de escasez de talento de 2018, un estudio de capital humano que indica que la escasez de talento se ha agudizado en el mundo en la última década, y los empleadores tienen dificultad para llenar las plazas vacantes con personas que tengan títulos profesionales y que además posean habilidades técnicas.
El estudio presenta el resultado de una encuesta realizada en 43 países, entre los que el promedio global en el tema de escasez de talento es de 45%. Son China (13%), Irlanda (18%) y Reino Unido (19%) los primeros en la lista de los países con menor dificultad para contratar a personal calificado. Guatemala está por debajo del promedio global con un 38%. Los datos que arroja demuestran que, “el empleo no siempre va a requerir de un título universitario, más bien dependerá en gran medida del desarrollo continuo de habilidades, puesto que incluso los roles más tradicionales se contemplan con las nuevas tecnologías”.
La falta de experiencia, la disponibilidad de horario, en algunos casos la apariencia, la distancia dónde viven, la falta de un vehículo, el no hablar un segundo idioma y básico como el inglés son aspectos que dificultan que las empresas encuentren a candidatos idóneos para las plazas de trabajo.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística –INE-, el mercado laboral en Guatemala es se distribuye así: 70% informal y 30% formal. Es decir, siete de cada 10 personas se emplean en la informalidad, y tres en el sector formal que tienen cobertura social.
Este panorama sombrío demuestra la limitada oferta laboral para los jóvenes graduandos de nuestro país, las cuales son poco alentadoras para incorporarse de manera formal y obtener estabilidad laboral con cobertura social que le provea respaldo del patrono al empleado.
¿Cuáles podrían ser las posibles salidas positivas para los nuevos profesionales del diversificado? El emprendimiento comercial que les provea libertad económica y de horario, para que se incorporen a una universidad si ese es su sueño profesional. El aprendizaje de otro u otros idiomas, la tecnificación de oficios que les permitan ofrecer sus servicios mediante la globalización de las redes sociales, las cuales demostraron durante el confinamiento de esta pandemia del COVID-19, que proveen una oportunidad de ofertar servicios y productos que satisfacen a mercados que estaban pero que no habían sido descubiertos o aprovechados.
Urge que los Ministerios de Educación, Cultura y Deportes, Finanzas y Economía apuesten por la inversión en el estudiantado guatemalteco, para que ese capital humano calificado aporte a la sociedad en el momento oportuno y que al ingresar al aula superior universitaria se tecnifique y ofrezca sus conocimientos aquí, pero que sea porque las empresas e instituciones pagan bien por sus conocimientos, y no porque es la única forma de pagar sus servicios mes a mes.
0 comentarios