La naturaleza de los partidos políticos debe caracterizarse por ser democráticos, innovadores, plurales y amplios, con presencia nacional, de duración indefinida, constituido en forma democrática y representativa, que trabaje para fortalecer el Estado de Derecho cuya finalidad debe ser obtener el poder público con la finalidad de transformar favorablemente la realidad de los países y propiciar el desarrollo integral de las naciones.
Deben ser un instrumento legal al servicio del Estado en su esfuerzo por alcanzar un nivel de vida mejor; y, por lo tanto, deben de facilitar la participación ciudadana en los procesos cívicos y electorales de los países, fomentar la formación y responsabilidad cívico-democrática de las poblaciones, promover el análisis de los problemas nacionales y proponer programas o acciones para su solución.
Deben de abrazar los ideales de libertad e igualdad, así como de los valores de la primacía del bien común, el destino común de los bienes públicos, el respeto a la dignidad de la persona, la justicia social, el desarrollo económico y la defensa por los derechos humanos. Deben de ser capaces de reconocer y respetar los valores de las cosmovisiones indígenas de sus pueblos, en donde la lucha solidaria, la reivindicación y valoración de todas las culturas y la relación armónica con la naturaleza son visiones de vida fundamentales para el desarrollo y progreso de sus pueblos.
Deben de proponer la implementación de nuevos modelos políticos, sociales, culturales y económicos, capaces de alentar el desarrollo integral y sostenible de todas las sociedades y les brinde oportunidades para el goce de una vida digna y feliz, minimizando la exclusión y la marginación, que permita un tránsito pacífico hacia la verdadera democracia participativa y al fortalecimiento del Estado de Derecho, permitiendo la flexibilidad necesaria para plantear con la frecuencia conveniente las acciones y las estrategias indicadas para lograr el desarrollo integral y equilibrado de los países; y, ampliar la base de ciudadanos emprendedores que produzcan riqueza para reducir las desigualdades y sacar adelante a los grupos que históricamente han sido postergados.
Se necesitan nuevos partidos políticos: respetuosos; incluyentes; solidarios; con oportunidades de desarrollo para todos; que produzca y genere riqueza; con certeza legal; enmarcada dentro de un estado democrático y social de derecho; donde se aplique la justicia y garantice la seguridad de sus ciudadanos; sociedades dialogantes y capaces de ponerse de acuerdo; un Estado ético, firme, rector, moderno, transformador, eficiente y eficaz, que trabaje con transparencia y al servicio de la población.
Hoy mas que nunca, la región necesita que sus habitantes ejerzan sus derechos a la plena participación en la toma de decisiones, control y auditoría social dentro de un aparato estatal moderno, transparente y cercano, con visión diferente y para servir a sus sociedades. Las crisis de los partidos políticos actuales son inminentes, no desaprovechemos esta oportunidad para devolver la esperanza a los jóvenes que hacer política es bueno y necesario.
Hasta la próxima semana!
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