A escasos 18 meses de desgobierno del partido oficial VAMOS, ya se empiezan a mencionar en redes sociales algunos nombres para presidenciables, de la amplia gama de partidos políticos de nuestro saqueado país. Nombres y rostros de candidatos de la anterior campaña electoral, que a decir verdad, algunos de ellos no llegaron a obtener ni el 5% de votos del padrón electoral de 2019 de nuestro país.
Hay que pensar, analizar y meditar bien el voto para no dárselo a personajes que como el actual Presidente nos salga con frases como “cada turista que venga aquí, si lo exprimimos bien, nos deja una buena cantidad de dólares”, eso para restarle importancia a su ineficaz gestión administrativa, sin pasar por alto la falta de respeto que significa a la dignidad humana de todos los turistas que gozan de conocer Guatemala como destino turístico y así, aportar a la economía interna de la nación. No podemos dejar de lado la reciente actuación de un ministro de su gabinete que viajó a Rusia supuestamente para investigar el nocivo contrato de la adquisición de las 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik V y resulta que a lo que menos fue el señor Brolo, fue a pedirle cuentas a la empresa firmante, pero se rumora que ni siquiera conoce dicho contrato. Lo cierto es que gozó de pasajes aéreos por más de Q52 mil quetzales y viáticos que ascienden a más de Q52 mil del presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores, proveniente del presupuesto general de la nación sufragado por cada guatemalteco con sus impuestos.
Si somos ciudadanos responsables, que participamos activamente en nuestras comunidades e investigamos lo que hacen nuestras instituciones públicas y los funcionarios electos y los nombrados para los diversos puestos públicos, tenemos la obligación de informarnos de quiénes son esos personajes, si son profesionales o si se están capacitando constantemente para optar a un cargo y si existe la meritocracia, para y de las personas que pretenden ocupar el cargo de presidenciable, para no cometer el error que cometimos las pasadas elecciones de 2019 y darle con nuestro voto, el poder para hacer a su sabor y antojo lo que quieran con las instituciones y el erario público que solo le pertenecen al pueblo por mandato constitucional. La Ley de Acceso a la Información Pública decreto ley 57-2008 en sus artículos 1 y 4 establece el “Objeto de la Ley. Garantizar a toda persona individual el derecho a conocer y proteger los datos personales de lo que de ella conste en archivos estatales, así como de las actualizaciones de los mismos”, “Principio de Publicidad de la Información Pública.- Toda la información relacionada al derecho de acceso libre a la información contenida en registros, archivos, fichas, bancos, o cualquier otra forma de almacenamiento de información pública, en custodia”. Dicho lo anterior, podemos pedir información sobre el actuar de los servidores y/o funcionarios públicos que ejerzan una función administrativa del Estado para que cuando llegue el momento de que nos pidan el voto en la urna electoral, no digamos sí y marquemos la casilla solo por salir del paso, debemos ejercer nuestro derecho al sufragio universal con responsabilidad, y con nuestro consentimiento.
A diferencia de Guatemala país en el cual, cualquier hijo de vecino sin la mínima preparación ni las competencias profesionales que requiere un cargo de administración pública, es considerado candidato a los máximos puestos de decisión de nuestro país, por contraparte, el caso de Nueva Zelanda, “todo ciudadano en el libre ejercicio de sus derechos civiles y políticos puede participar, elegir y ser electo a los puestos de mayor jerarquía dentro del gobierno, siempre y cuando cumpla con requisitos mínimos que exige un cargo de envergadura política, razón por la cual los resultados son obvios”. Por mencionar algunos de los logros significativos para sus connacionales evidencian con toda claridad que el prepararse de forma técnica y profesional, a través de la experiencia oral y participativa para dirigir el destino de sus países, paga rédito. El manejo de la pandemia sanitaria de la COVID-19 en ese país oceánico, fue uno de los más exitosos, puesto que únicamente hubo 26 muertes humanas gracias al oportuno control de la crisis.
La pregunta clave y oportuna es ¿cómo rompemos el ciclo en un país como Guatemala, en donde el desgobierno impera y está inmerso en la corrupción con bandas del crimen organizado enquistado en todas las instituciones gubernamentales y el empresariado al más alto nivel propicia alianzas con intereses espurios para mantener privilegios lesivos para el resto de ciudadanos?
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