En todos los sectores de la actividad humana, la medición de los resultados obtenidos representa el punto final de la actividad; la verificación de resultados parciales o insatisfactorios constituyen un poderoso desafío a nuestra inteligencia para que reorganicemos esa actividad de forma más racional y productiva. William James.
En todos los sectores de la actividad humana, la medición de los resultados obtenidos representa el punto final de la actividad; la verificación de resultados parciales o insatisfactorios constituyen un poderoso desafío a nuestra inteligencia para que reorganicemos esa actividad de forma más racional y productiva. William James.
La Evaluación es un tema muy viejo pero nuevo a la vez, para ello es necesario cultivar una cultura de evaluación que permita facilitar su comprensión y mejorar el proceso didáctico. El Sistema Educativo Nacional y las universidades tuvieron que reorganizar en tan sólo un abrir y cerrar de ojos, la evaluación presencial a la evaluación virtual.
El profesorado antiguo y novel se debieron adaptar a circunstancias sobrevenidas e improvisar en metodologías, recursos, medios disponibles, instrumentos y técnicas de evaluación, usando para ello ordenadores, móviles, tablet y cualquier otro medio que tuviera en casa para pode continuar el proceso de enseñanza, pero sobre todo para realizar la evaluación del estudiantado.
La evaluación puede reconocerse desde perspectivas radicalmente opuestas o enfrentadas, una polémica que se centra entre lo cuantitativo y cualitativo, a la vez que se fundamenta en la necesidad de interpretarla desde diferentes procesos desde sus propios agentes, la autoevaluación, coevaluación, heteroevaluación, así también como la perspectiva de agentes externos de evaluación.
El momento es propicio para reflexionar sobre el ejercicio realizado por los docentes a cerca de cómo se desarrolló la evaluación en tiempos de pandemia, a fin de conocer las estrategias de transformación evaluativa, como componente del proceso de formativo que contribuyo a mejorar su conocimiento y desarrollo, implementado medidas correctivas para el logro de las competencias educativas.
A nadie escapa que como docentes debimos aprender en el camino, literalmente, el uso de programas, plataformas, herramientas virtuales, recursos tecnológicos, videoconferencias, aulas y campus virtuales, una estructura didáctica totalmente diferente a lo habitual, independientemente a la asignatura que se impartiera, teniendo claro que la evaluación es un proceso inherente a la educación.
Es importante establecer que la evaluación es uno de los aspectos curriculares con los que el estudiantado se encuentra insatisfecho, por su poca participación e involucramiento en el diseño de estrategias de aprendizaje, en donde se considere sus habilidades, conocimientos y competencias alcanzadas en el desarrollo del curso. Por lo tanto, ya no podemos regresar a implementar instrumentos clásicos que sólo pretenden que el discente sea un repertorio de repetición y memorización de conceptos y definiciones.
Sin embargo, es necesario que el estudiantado tenga competencias digitales en el uso de herramientas de evaluación en línea tanto en formatos sincrónicos como asincrónico, los resultados que se han obtenido demuestran cierta sensibilidad a la evaluación en línea, esto debido al tiempo de la prueba, el horario, la conexión, a los cortes de energía, la inestabilidad de la red, el acceso a la red y los enlaces.
Así mismo, el estudiantado no debe confundir la libertad de la evaluación en línea, con el libertinaje, que propicie ingenuidad, superficialidad e irresponsabilidad con su formación y construcción de conocimiento, su participación al igual que la del docente determina el derecho al aprendizaje, al libre pensamiento y libre expresión.
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