Es importante dialogar acerca de algunas coincidencias, correlaciones y analogías entre el pensamiento de la Universidad de San Carlos de Guatemala y el milenario pensamiento de los pueblos originarios, radiante en el corazón de toda la población que son el testimonio vivo de esta hermosa tierra que habitamos lugar denominado Mesoamérica.
Estamos conscientes que estamos atravesando una crisis a todo nivel con relación al ser humano y la naturaleza, con la idea de dominar y destruir todas las fuerzas de la naturaleza, sumado a ello la crisis del “Ser” por el “Tener”, cada día, que transcurre, nos damos cuenta de que no mejoramos nuestra vida y sobre todo tampoco alcanzamos la felicidad.
Por el contrario se deterioran nuestras relaciones familiares, comunitarias, sociales, políticas, educativas y económicas, este escenario es propicio para reflexionar y analizar sobre los aportes que los pueblos originarios en su búsqueda por de la “felicidad y la plenitud de vida” aportes que por más de 500 años han estado olvidados e invisibilizados y a través de la comprensión humana, el desarrollo de los saberes y su proceso educativo constituyen la posibilidad esperanzadora de observar la realidad de otra manera.
Hablamos de la libertad que nos devuelve a los valores primordiales y al manantial de la vida; de la emancipación de nuestros ancestros que nos reintegran el sentido del “Ser y de la belleza”, que fue irrumpido por el autoritarismo y la dictadura de la razón que implantaron los procesos de invasión y colonialismo en toda Nuestra América.
El reto es ensoñar la vida, descolonizando la razón y buscando nuestras raíces, es volver a nuestra tierra fecunda llena de ritos, leyendas, tradiciones, mitos, cuentos y poesía, es recuperar el simbolismo del “Ser” como hijo de la inmortalidad y nexo de todo cuanto existe en la tierra, somos, agua, sol, luna, árboles, piedra, etc.
Es claro que el pensamiento de los pueblos originarios coincide con las nuevas ciencias del mundo, quienes comparten la urgente necesidad de germinar nuevas visiones de mundo, a fin de evitar la fragmentación del universo, de crear, construir y edificar nuestro propio saber.
Corresponde a la Universidad de San Carlos, por mandato Constitucional, fomentar, comunicar y cultivar el relieve creativo, integrador y emotivo mensaje que la milenaria cultura Maya, que se encuentra encerrado dentro del simbolismo codificado del pensamiento ancestral, que imagina una tierra llena de paz y ternura, descolonizada y de hermandad entre los distintos pueblos que coexistimos en Guatemala.
Es claro que el pensamiento de los Pueblos Originarios es compartir la fluidez del universo, del planeta, del continente, de la nación, de la comunidad, de la aldea y del caserío, ágape de espiritualidad y ciencia, de unión entre cosmos-naturaleza- vida de manera integral, interpretando relaciones en lugar de ocupar espacios.
Sentir desde el corazón de los pueblos originarios, consiste en trascender estructuras que impiden la libre creatividad, limitan el cambio y deterioran la imaginación. La visión pedagógica de los pueblos originarios equivale a correlacionar la visión del universo contenida en la sabiduría legada por los antepasados Mayas, y prospera en la vida comunitaria en todos los confines de Mesoamérica.
Es un reto para quienes aspiran a la Rectoría de la Casa Educativa del Pueblo (USAC) incorporar en el currículo educativo los saberes originarios, pues ninguna cosmovisión es exótica, rara, o arbitraria en su propio contexto, si queremos conocer, aprender y dominar algo, tenemos que partir del cosmos, de la tierra y de las diversas manifestaciones de la vida.
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